Hace 10 años | Por albertiño12 a ccaa.elpais.com
Publicado hace 10 años por albertiño12 a ccaa.elpais.com

Los grandes almacenes y el Capitol colocarán pantallas gigantes. El Callao se convertirá en “faro” del cine, con proyecciones en la terraza. El Ayuntamiento intenta salvar la vida cultural de la Gran Vía. El alto precio de los alquileres y la liberalización de horarios han provocado el cierre de comercios tradicionales en la Gran Vía que se han sustituido de forma paulatina por franquicias.

Comentarios

albertiño12

Infografía de los comercios de la Gran Vía:

http://elpais.com/elpais/2013/10/10/media/1381429907_644745.html

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samdax

Esto esta pasando en todas las grandes ciudades del mundo y es un asco. La sensacion de que siempre ves lo mismo, vayas dd vayas.

D

Este verano he estado de viaje por el este de Europa y la sensación era de ir de Disneylandia en Disneylandia.

Fingolfin

Nada de malo, la gente da demasiada importancia a estos barrios "especiales" que, en realidad, de especiales tienen más bien poco, son centros comerciales integrados en la ciudad y lo que está ocurriendo es lo mismo que se puede ver en cualquier centro comercial. Por otra parte, el comercio "tradicional" no es ninguna bendición del cielo que haya que proteger.

Por otro lado, ¿por qué al comercio de esas tiendas se le nombra apelando al sentimentalismo, como si fueran un tipo de comercio mejor que el de las franquicias? En esencia, las diferencias fundamentales entre una franquicia y la tienda "tradicional" se reducen al logotipo y a contratos de exclusividad con un proveedor determinado...no es como para ponerse a llorar, señores.

D

#2 Hombre, la Gran Vía era famosa porque en ella había lugares ùnicos. Si todo se va sustituyendo por tiendas para chonis como las que hay en cada esquina, la Gran Vía se convierte en una calle como otra cualquiera.

e

#3 A mí es que los centros comerciales me apestan, y no voy.
Por eso me jode que, ya que yo no voy, vengan ellos a mí.

Y en realidad, sí, me preocupa que el centro de una ciudad (no sólo Madrid) se degrade hasta ser una caricatura de la propia ciudad, un mero decorado, donde la única actividad posible es la de comprar y observar publicidad.

La esencia de lo urbano es la variedad y la exclusividad. Que haya de todo, y que sólo lo encuentre ahí. Eso se está perdiendo, y cada vez hay más de lo mismo en cada esquina. Madrid es cada día menos una ciudad y más una urbanización.

Y bueno... en mi opinión las diferencias entre una franquicia y el comercio tradicional van mucho más allá del logo.
Ni que decir tiene si hablamos de hostelería. ¿Habrá algún bar que de peor servicio y calidad que La Sureña? ¿Se puede si quiera comparar un bocadillo de bar de toda la vida a uno del Pans?

En la Gran Vía ya no queda nada que tenga ni un poquito de clase o estilo propio.

D

#2 No voy a entrar en profundidad, pero así a bote pronto te doy tres diferencias:

El trato: No es lo mismo tratar con el dueño del negocio que con una marichocho repintada de veintipocos que te hable de tú.

Mi dinero va a parar a un paisano que mañana puede ser mi cliente, no a Amancio Ortega, por poner un ejemplo.

Y porque se despersonaliza la ciudad, pierde su carácter particular y se convierte en cualquier ciudad que se encuentre en cualquier lugar del mundo, además se vuelve un no-lugar, un sitio de paso anónimo y no de relación entre conciudadanos.

Esto no es mierda sentimentaloide, es la realidad, el fruto de la experiencia que todos conocemos.

wooldoor

Pantallas gigantes para retransmitir 24/7 TVE, TeleMadrid o 13TV. ¡Muahahahaha!