¿Te imaginas que el pene estuviera recubierto de espinas como el de algunos otros animales como los macacos o los ratones? Hace millones de años era una realidad, ya que la morfología de los genitales masculinos poseía unas espinas de queratina que permitían mantener relaciones sexuales sin necesidad de erección.
#5:
#4 Vaya, nunca hubiese sospechado que en menéame tuviésemos expertos en follar pescadillas. Cuéntanos más, amigo, sobre las sensaciones que transmiten las pescadillas
#4 Vaya, nunca hubiese sospechado que en menéame tuviésemos expertos en follar pescadillas. Cuéntanos más, amigo, sobre las sensaciones que transmiten las pescadillas
Algunos a pesar de la evolución y prescindir de estas espinas aún conservan los rasgos como si aún las tuvieran: pequeña capacidad cerebral y bigotes sensoriales
Comentarios
#4 Vaya, nunca hubiese sospechado que en menéame tuviésemos expertos en follar pescadillas. Cuéntanos más, amigo, sobre las sensaciones que transmiten las pescadillas
Están todas en el titular, #5.
#2 #4 #5 No sé si es peor es que lo recuerda, el que lo propone o el que tiene curiosidad
Hace millones de años no éramos humanos, hombre.
Cuando los humanos tenían espinas en el pene@muchapaja no ganaba pa guantes
¿Y mucha_paja no tiene nada que decir aquí?
#10 Ahora se llama@mano_escocida.
#11 Mientras sea la mano no hay problema
Uf, gracias a dios.
Att: el propietario de Viagra.
Aquellos sí que eran buenos tiempos ...
Si lo echas de menos, #2, siempre puedes follarte a una pescadilla.
#2 No sé yo...
Sin embargo, la desaparición de las mismas logra un aumento de la duración de las relaciones sexuales respecto del resto de animales.
Si siguiéramos con esa morfología sería la ruina de Pfizer
Algunos a pesar de la evolución y prescindir de estas espinas aún conservan los rasgos como si aún las tuvieran: pequeña capacidad cerebral y bigotes sensoriales
Yo creo que las espinas no nos llegan a salir porque nos la pelamos como monos y claro, no hay espina que resista tanto fapeo, jaja.
Se llama báculo, igual que el bastón en que se apoyan los obispos (o cardenales?)