“¡El afilador!”, el grito de Tomás López, unido al sonido de su característico silbato o ‘chiflo’, es toda una invitación para realizar un viaje en el tiempo. Lleva dos días en Huesca, a dónde ha llegado desde su tierra natal, Orense, “tierra de afiladores, ‘la terra da chispa’, la llaman”, recuerda, orgulloso, después de haber recorrido con su bicicleta y una pesada mochila, Asturias, Cantabria y el País Vasco.
Comentarios
Por mi barrio pasa un gitano en coche que lleva un altavoz con la típica música del afilador. El del artículo será el último que va en bicicleta.
Hay cientos de afiladorez en activo n españa
¡El afI+Dador, ha llegado el afI+Ddor!
Spain is Pain.
en mi pueblo se compro una moto