"Frenar la caída del consumo de vino en España es un tema complicado, porque afecta a los hábitos de consumo de alcohol de una sociedad y a la percepción que se tiene del vino. Lo que para mí es más grave es que se haya desplazado al vino de las mesas de los hogares españoles, porque el vino donde fundamentalmente se consume es como acompañamiento a las comidas."
NO sé hasta qué punto es grave. Si cambian los gustos de la gente, ¿qué se le va a hacer? Entre mis conocidos, el vino en las comidas queda para situaciones especiales: cenas de fin de semana, celebraciones. Para lo demás, agua. Y para emborracharse, mayormente cerveza o kalimotxo (que es vino, pero del malo).
Vale. Es grave, pero no tiene solución directa. Donde sí la hay es en mostrar las virguerías que hacen los viticultores para elaborar un buen vino y la mística que acompaña a la ingesta del vino. El vino que se consumía en casa, habitualmente era un vino de baja calidad, de batalla. Estyo supone la muerte de los viticultores chapuceros, y el encumbramiento de los viticultores "artistas". Este mundo cambia y hay que saber adaptarse a los cambios.
#4 También es cierto que si uno se esfuerza en asociar el vino a una imagen de distinción y de elegancia, de "gente que sabe lo que es bueno", lo que consigue es que la mayoría de la gente normal deje de consumirlo a diario. Es como lo de las capsulitas de Nespresso: que se crea esa imagen de lujo, de distinción. Y esto atrae a unas personas pero repele a otras, y además convierte al producto en algo poco transferible de una situación a otra: al café de nespresso no le pones medio litro de leche y azúcar (¡sacrilegio!), lo sacas para fardar con las visitas, etc. Igualmente, quien tiene un buen vino no lo abre para comer un hotdog chungo un día cualquiera.
(NOTA: que no se me mosquee ningún fan de nespresso, que yo también tengo la maquinita y la uso).
Comentarios
Lo que es grave es llamar "vino" al líquido que sirven en la mayoría de restaurantes cuando ofrecen "vino de mesa".
NO sé hasta qué punto es grave. Si cambian los gustos de la gente, ¿qué se le va a hacer? Entre mis conocidos, el vino en las comidas queda para situaciones especiales: cenas de fin de semana, celebraciones. Para lo demás, agua. Y para emborracharse, mayormente cerveza o kalimotxo (que es vino, pero del malo).
Vale. Es grave, pero no tiene solución directa. Donde sí la hay es en mostrar las virguerías que hacen los viticultores para elaborar un buen vino y la mística que acompaña a la ingesta del vino. El vino que se consumía en casa, habitualmente era un vino de baja calidad, de batalla. Estyo supone la muerte de los viticultores chapuceros, y el encumbramiento de los viticultores "artistas". Este mundo cambia y hay que saber adaptarse a los cambios.
#4 También es cierto que si uno se esfuerza en asociar el vino a una imagen de distinción y de elegancia, de "gente que sabe lo que es bueno", lo que consigue es que la mayoría de la gente normal deje de consumirlo a diario. Es como lo de las capsulitas de Nespresso: que se crea esa imagen de lujo, de distinción. Y esto atrae a unas personas pero repele a otras, y además convierte al producto en algo poco transferible de una situación a otra: al café de nespresso no le pones medio litro de leche y azúcar (¡sacrilegio!), lo sacas para fardar con las visitas, etc. Igualmente, quien tiene un buen vino no lo abre para comer un hotdog chungo un día cualquiera.
(NOTA: que no se me mosquee ningún fan de nespresso, que yo también tengo la maquinita y la uso).
Viva el vino!
Viva la cerveza.
El vino de mesa del día a día se ha perdido bastante, incluso hay gente que prefiere incluso comer con coca-cola.
Pero comiendo con amigos y todo lo que salga de la rutina, se consume tanto o más vino que antes.
si te parece pagas tu las multas no te fastidia..
Si fuera una droga ilegal estariamos mas motivados.