El movimiento pacifista se niega a financiar las guerras con sus impuestos. Un grupo de colectivos, redes y organizaciones, entre las que se encuentran Alternativa Antilimilitarista.MOC (el antiguo Movimiento de Objeción de Conciencia MOC), Ecologistas en Acción o el sindicato CGT, apoyan una campaña que pretende desviar de la declaración de la renta 84 euros aproximadamente por cada objetor.
#1:
Un grupo homeópata objeta fiscalmente la sanidad.
Un grupo hoygan objeta fiscalmente la educación.
Un grupo de invidentes objeta fiscalmente TVE.
...
#10:
#1 La sanidad no mata. La educación no mata. TVE no mata.
#13:
#9, pues por poner un ejemplo, habrá otros civiles que le quieran ayudar:
Puesto que hablamos de buques y barcas, citemos una de las más hermosas organizaciones que han surgido en nuestro siglo, una de aquellas que con más justos títulos pueden enorgullecernos: es la asociación inglesa de Salvamento de náufragos (Lifebotat Associations).
Sabido es que todos los años van a estrellarse más de mil buques en las costas de Inglaterra. En alta mar, un buen barco rara vez teme la tempestad. Junto a las costas le aguardan los peligros: mar agitado que le rompe el codastre, rachas de viento que le arrebatan mástiles y velas, corrientes que le hacen ingobernable, arrecifes y bajíos sobre los cuales va a encallar.
Incluso cuando en otros tiempos los habitantes de las costas encendían fogatas para atraer a los buques hacia los escollos y apoderarse de su cargamento, según costumbre, siempre han hecho todo lo posible para salvar a las tripulaciones. Al ver a un buque en mal trance, lanzaban sus cáscaras de nuez y dirigíanse en socorro de los náufragos, para encontrar muy a menudo ellos mismos la muerte entre las olas. Cada choza a orilla del mar tiene sus leyendas del heroísmo, desplegado por la mujer igual que por el hombre, para salvar a las tripulaciones en vías de perderse.
El Estado y los sabios han hecho alguna cosa para disminuir el número de los siniestros. Los faros, las señales, los mapas, las advertencias meteorológicas lo han reducido, ciertamente, mucho. Pero siempre quedan cada año un millar de embarcaciones y muchos miles de vidas humanas que salvar.
Por eso, algunos hombres de buena voluntad pusieron manos a la obra. Buenos marinos, ellos mismos imaginaron un bote de salvamento que pudiese desafiar a la tormenta sin ponerse por montera ni irse a pique, e iniciaron alguna campana para interesar al público en la empresa, encontrar el dinero necesario, construir barcos y situarlos en las costas, en todas partes donde puedan prestar servicios.
Como esas gentes no eran jacobinos, no se dirigieron al gobierno. Habían comprendido que para realizar bien su empresa les era necesario el concurso, el entusiasmo de los marinos, su conocimiento de los lugares, su abnegación sobre todo. Y para encontrar hombres que a la primera señal se lancen de noche al caos de las olas, sin dejarse detener por las tinieblas ni por los rompientes, y luchando cinco, seis, diez horas, contra el oleaje antes de abordar al buque náufrago, hombres dispuestos a jugarse la vida para salvar la de los demás, se necesita el sentimiento de solidaridad, el espíritu de sacrificio que no se compra con galones.
Así, pues, hubo un movimiento enteramente espontáneo, producto del convenio libre y de la iniciativa individual. Centenares de grupos locales se organizaron a lo largo de las costas. Los iniciadores tuvieron el buen sentido de no echárselas de maestros, buscaron luces en las chozas de los pescadores. Un lord envió veinticinco mil pesetas para construir un bote de salvamento a un determinado pueblo de la costa; aceptóse el donativo, pero dejando a elección de los pescadores y marinos de aquella localidad el sitio dónde había de situarse el bote.
Los pianos de las nuevas embarcaciones no se hicieron en el Almirantazgo. «Puesto que importa -leemos en el informe de la Asociación- que los salvadores tengan plena confianza en la embarcación que tripulan, la junta se impone ante todo el deber de dar a los botes la forma y los pertrechos que puedan desear los propios salvadores.» Por eso cada año introduce un perfeccionamiento nuevo.
¡Todo por los voluntarios, que se organizan en juntas o grupos locales! ¡Todo por la ayuda mutua y por el común acuerdo! ¡Qué anarquistas! Por eso no piden nada a los contribuyentes, y el año pasado se les dieron 1.076.000 pesetas de cuotas voluntarias y espontáneas.
En 1871 la Asociación poseía doscientos noventa y tres botes de salvamento. Ese mismo año salvó seiscientos un náufragos y treinta y tres buques. Desde su fundación ha salvado treinta y dos mil seiscientos setenta y un seres humanos.
Habiendo perecido en 1886 entre las olas tres botes de salvamento con todos sus hombres, presentáronse centenares de nuevos voluntarios a inscríbirse, a constituirse en grupos locales, y esa agitación dio por resultado el que se construyeran veinte botes suplementarios.
Advirtamos de paso que la Asociación envía cada año a los pescadores y marinos excelentes barómetros a un precio tres veces menor que su valor real, propaga los conocimientos meteorológicos y tiene a los interesados al corriente de las variaciones bruscas previstas por los sabios.
Repetimos que las pequeñas juntas o grupos locales no tienen organización jerárquica y se componen únicamente de voluntarios para el salvamento y de personas que se interesan por esa obra. La junta central, que es más bien un centro de correspondencia, no interviene en absoluto. Verdad es que cuando en el municipio se trata de votar acerca de un asunto de educación o de impuesto local, esas juntas no toman parte como tales en las deliberaciones -modestia que, por desgracia, no imitan los elegidos de un ayuntamiento-. Pero; por otra parte, esas buenas gentes no admiten que quienes no han arrostrado nunca las tormentas, les impongan leyes acerca del salvamento. A la primera señal de apuro, acuden, se conciertan y echan adelante. Nada de galones, mucha buena voluntad.
Imaginaos que alguien os hubiese dicho hace veinticinco años: «Tan capaz como es el Estado para hacer matar veinte mil hombres en un día y que salgan heridos otros cincuenta mil, es incapaz para prestar socorro a sus propias víctimas. Por tanto, mientras exista la guerra, hace falta que intervenga la iniciativa privada y que los hombres de buena voluntad se organicen internacionalmente para esa obra humanitaria.»
¡Qué diluvio de burlas hubiese llovido sobre quien hubiera osado emplear este lenguaje! En primer término, le hubieran tratado de utópico, y si después se hubiese dignado abrir la boca, le hubieran respondido: «Precisamente faltarán voluntarios allí donde más se deje sentir su necesidad. Vuestros hospitales libres estarán todos centralizados en sitio seguro, al paso que se carecerá de lo indispensable en las ambulancias. Las rivalidades nacionales se las arreglarán de modo que los pobres soldados morirán sin socorro». Tantos oradores, otras tantas reflexiones de desaliento. ¡Quién de nosotros no ha oído perorar en ese tono!
#9, pues por poner un ejemplo, habrá otros civiles que le quieran ayudar:
Puesto que hablamos de buques y barcas, citemos una de las más hermosas organizaciones que han surgido en nuestro siglo, una de aquellas que con más justos títulos pueden enorgullecernos: es la asociación inglesa de Salvamento de náufragos (Lifebotat Associations).
Sabido es que todos los años van a estrellarse más de mil buques en las costas de Inglaterra. En alta mar, un buen barco rara vez teme la tempestad. Junto a las costas le aguardan los peligros: mar agitado que le rompe el codastre, rachas de viento que le arrebatan mástiles y velas, corrientes que le hacen ingobernable, arrecifes y bajíos sobre los cuales va a encallar.
Incluso cuando en otros tiempos los habitantes de las costas encendían fogatas para atraer a los buques hacia los escollos y apoderarse de su cargamento, según costumbre, siempre han hecho todo lo posible para salvar a las tripulaciones. Al ver a un buque en mal trance, lanzaban sus cáscaras de nuez y dirigíanse en socorro de los náufragos, para encontrar muy a menudo ellos mismos la muerte entre las olas. Cada choza a orilla del mar tiene sus leyendas del heroísmo, desplegado por la mujer igual que por el hombre, para salvar a las tripulaciones en vías de perderse.
El Estado y los sabios han hecho alguna cosa para disminuir el número de los siniestros. Los faros, las señales, los mapas, las advertencias meteorológicas lo han reducido, ciertamente, mucho. Pero siempre quedan cada año un millar de embarcaciones y muchos miles de vidas humanas que salvar.
Por eso, algunos hombres de buena voluntad pusieron manos a la obra. Buenos marinos, ellos mismos imaginaron un bote de salvamento que pudiese desafiar a la tormenta sin ponerse por montera ni irse a pique, e iniciaron alguna campana para interesar al público en la empresa, encontrar el dinero necesario, construir barcos y situarlos en las costas, en todas partes donde puedan prestar servicios.
Como esas gentes no eran jacobinos, no se dirigieron al gobierno. Habían comprendido que para realizar bien su empresa les era necesario el concurso, el entusiasmo de los marinos, su conocimiento de los lugares, su abnegación sobre todo. Y para encontrar hombres que a la primera señal se lancen de noche al caos de las olas, sin dejarse detener por las tinieblas ni por los rompientes, y luchando cinco, seis, diez horas, contra el oleaje antes de abordar al buque náufrago, hombres dispuestos a jugarse la vida para salvar la de los demás, se necesita el sentimiento de solidaridad, el espíritu de sacrificio que no se compra con galones.
Así, pues, hubo un movimiento enteramente espontáneo, producto del convenio libre y de la iniciativa individual. Centenares de grupos locales se organizaron a lo largo de las costas. Los iniciadores tuvieron el buen sentido de no echárselas de maestros, buscaron luces en las chozas de los pescadores. Un lord envió veinticinco mil pesetas para construir un bote de salvamento a un determinado pueblo de la costa; aceptóse el donativo, pero dejando a elección de los pescadores y marinos de aquella localidad el sitio dónde había de situarse el bote.
Los pianos de las nuevas embarcaciones no se hicieron en el Almirantazgo. «Puesto que importa -leemos en el informe de la Asociación- que los salvadores tengan plena confianza en la embarcación que tripulan, la junta se impone ante todo el deber de dar a los botes la forma y los pertrechos que puedan desear los propios salvadores.» Por eso cada año introduce un perfeccionamiento nuevo.
¡Todo por los voluntarios, que se organizan en juntas o grupos locales! ¡Todo por la ayuda mutua y por el común acuerdo! ¡Qué anarquistas! Por eso no piden nada a los contribuyentes, y el año pasado se les dieron 1.076.000 pesetas de cuotas voluntarias y espontáneas.
En 1871 la Asociación poseía doscientos noventa y tres botes de salvamento. Ese mismo año salvó seiscientos un náufragos y treinta y tres buques. Desde su fundación ha salvado treinta y dos mil seiscientos setenta y un seres humanos.
Habiendo perecido en 1886 entre las olas tres botes de salvamento con todos sus hombres, presentáronse centenares de nuevos voluntarios a inscríbirse, a constituirse en grupos locales, y esa agitación dio por resultado el que se construyeran veinte botes suplementarios.
Advirtamos de paso que la Asociación envía cada año a los pescadores y marinos excelentes barómetros a un precio tres veces menor que su valor real, propaga los conocimientos meteorológicos y tiene a los interesados al corriente de las variaciones bruscas previstas por los sabios.
Repetimos que las pequeñas juntas o grupos locales no tienen organización jerárquica y se componen únicamente de voluntarios para el salvamento y de personas que se interesan por esa obra. La junta central, que es más bien un centro de correspondencia, no interviene en absoluto. Verdad es que cuando en el municipio se trata de votar acerca de un asunto de educación o de impuesto local, esas juntas no toman parte como tales en las deliberaciones -modestia que, por desgracia, no imitan los elegidos de un ayuntamiento-. Pero; por otra parte, esas buenas gentes no admiten que quienes no han arrostrado nunca las tormentas, les impongan leyes acerca del salvamento. A la primera señal de apuro, acuden, se conciertan y echan adelante. Nada de galones, mucha buena voluntad.
Imaginaos que alguien os hubiese dicho hace veinticinco años: «Tan capaz como es el Estado para hacer matar veinte mil hombres en un día y que salgan heridos otros cincuenta mil, es incapaz para prestar socorro a sus propias víctimas. Por tanto, mientras exista la guerra, hace falta que intervenga la iniciativa privada y que los hombres de buena voluntad se organicen internacionalmente para esa obra humanitaria.»
¡Qué diluvio de burlas hubiese llovido sobre quien hubiera osado emplear este lenguaje! En primer término, le hubieran tratado de utópico, y si después se hubiese dignado abrir la boca, le hubieran respondido: «Precisamente faltarán voluntarios allí donde más se deje sentir su necesidad. Vuestros hospitales libres estarán todos centralizados en sitio seguro, al paso que se carecerá de lo indispensable en las ambulancias. Las rivalidades nacionales se las arreglarán de modo que los pobres soldados morirán sin socorro». Tantos oradores, otras tantas reflexiones de desaliento. ¡Quién de nosotros no ha oído perorar en ese tono!
No se trata de no pagar, esa cantidad se destina a fines antimilitaristas, y demuestras haberla pagado mediante un comprobante y una carta en la que dejas constancia de tu postura. Vamos, la verdad por delante. Es el mismo asunto que no destinarlo a las iglesias, una objeción de conciencia. Si leéis el artículo (sí, ya sé que es mucho pedir) lo leeréis de forma explícita, el dinero no se evade, se desvía, y si léeis el artículo 30.2 de la constitución (informarse exige de ciertos sacrificios), la objeción de conciencia es un derecho en España que sigue a la espera de una ley que la regule, aunque sigue siendo un derecho; así que la objeción fiscal no debe verse como algo ilegal, sino en todo caso alegal, ya que el tema simplemente no está legislado... aún!!! Únicamente existe por ahora una sentencia del Tribunal Constitucional que habla sobre este tema. Vamos, que ya canta.
Como gesto y para visualizar el coste militar está bien, pero no se pueden pagar impuestos a la carta.
Ya quisiera yo objetar al gasto de la iglesia, de las TV públicas, de los anuncios institucionales de autobombo, de las subvenciones a los toros y al futbol o las obras públicas innecesarias...
Esta bien, por algo se empieza... el gobierno pocas veces hace algo útil por sí mismo, asique tiene que moverse la gente. Hoy será el gasto militar, mañana será alguna otra cosa injusta.
De verdad, qué vergüenza, viviendo en la Alianza de Civilizaciones y el país multicolor donde todos somos hermanos, no hay guerras y somos el único país del entorno con Ejército
Bueno, cuando la situación económica siga deteriorándose y le den a los moros por copiar a sus primos de Somalia y venir a saquear a las costas en lugar de a pedir trabajo en patera, les recibiremos a besos y les donaremos generosamente nuestros bienes, que eso de pegar tiros es de incívicos... (y quiero a esos pacifistas en primera línea de playa cantando el hare-hare)
¿Qué? ¿Que me he fumao algo? ¿Sí? ¿Y cuántos de vosotros preveíais una crisis de este calibre? ¿Y las consecuencias? ¿No deberíamos estar preparados para el peor de los escenarios posibles? ¿U os créeis que un Ejército se monta en 4 ratos y basta con repartir escopetas por las urbanizaciones? ¿Habéis visto el caso de Suiza?
Seguramente estaréis en desacuerdo conmigo, pero la (cruda) realidad es tozuda...
Si ni pagan sus impuestos que la Justicia obre en consecuencia. No vivimos en un "estado a la carta": esto me gusta y lo pago; esto no me gusta y no lo pago.
Conozco gente que ha hecho la objeción fiscal y ni multa ni na, Hacienda pasa olímpicamente, los únicos que flipan son los funcionarios cuando vas con la carta y el recibo de que has ingresado la cantidad que no pagas como donación a alguna ONG.
#9 ¿Y si fuera un soldado de las SS el que te salvara? ¿Por eso ya pasaria a estar bien las SS? Una cosa no justifica la otra, no seamos tan simplistas.
#5 Entonces liberales a secas no? Capitalismo puro.
Pero no, no se trata de eso (de que quieran todo privado), sino que hay muchos tipos y escuelas del liberalismo. Hay muchos matices y ramas en él y entre una y otra puede haber abismos.
Siempre he pensado que toda esta gente son neo-liberales pero que simplemente aun no se han dado cuenta. En un estado llevado a su mínima expresión casi todo es privado y así cada uno paga lo que uno quiere/necesita.
#32 "Bueno, cuando la situación económica siga deteriorándose y le den a los moros por copiar a sus primos de Somalia y venir a saquear a las costas en lugar de a pedir trabajo en patera, les recibiremos a besos y les donaremos generosamente nuestros bienes, que eso de pegar tiros es de incívicos... (y quiero a esos pacifistas en primera línea de playa cantando el hare-hare) "
Debes cambiar de género cinematográfico, o fumar menos mientras lo ves
#31 O mejor, que el presupuesto que tienen lo gasten los altos cargos en paseítos y lujos mientras los soldaditos se apretujan en un "Boeing 127" que se cae a pedazos.
Venga, todos los militares a la PUTA calle, desfilando, ¡AR! ¿Cuánta gente trabaja actualmente en el ejército? ¿Cuántos puestos de trabajo indirecto sostienen a esta institución?
En cierto modo entiendo sus protestas, ¿para qué queremos un ejército si no es para matar a los enemigos del Gobierno (Gobierno, no pueblo)?
Claro que les den menos dinero y cuando con el presupuesto que tienen contratan mierdas de aviones, si se cae uno, pues entonces la montamos. El ejercito, no está solo para matar o cuando la catastrofe del prestige, no se acuerdan de como trabajan o cuando hay incendio...
Ya se hacia ( y se publicitaba ) cuando la mili era obligatoria ( y partidos politicos trabajaban mano a mano con antimilitaristas )..... lo malo, es que una vez "otorgada" la no obligatoriedad del servicio militar u prestacion sustitutoria, los politicos dejaron de apoyar medidas como la objecion fiscal, que el MOC creo ha seguido promoviendo siempre, ya que un ejercito voluntario, no es mejor ni mata menos que uno obligatorio.
Nuevo no es.... Necesario revindicar actitudes como esta ... SI!!!!!
Mmmm, bastante absurdo. Lo único que conseguirán, aparte de una multa por evasión de impuestos, es que el ejército se financie con parte de lo que correspondería a otra partida (y me apostaría algo a que no iba a ser del sueldo del Rey).
Y cuando ( por poner un ejemplo ), haya una emergencia de tal calibre que ( como pasa alguna vez ) manden al ejercito a colaborar y resulta que uno de estos objetores necesite que le socorran?
Bueno, cuando se quede alguno de estos señores en la carretera atascado por la nieve o su casa este apunto de ser abrasada por un incendio forestal, que page la factura del rescate al ejercito, que los demas lo pagamos con los impuestos. Cuando un maremoto arrase un pais entero y haya que ir a repartir comida, que vayan estos señores, si les reciben a tiros, que les digan bien alto que son pacifistas, a ver si asi detienen las balas, y de paso de camino a la zona del desastre, que pasen por Somalia a saludar a los piratas a ver si diciendoles que usan la mula les dejan pasar tan campantes. Cuanta gente viviendo en el pais de la piruleta, la ciudad de la gominola en la calle del lacasito.
Maduren señores, que con la tonteria de Perejil, lo que puede que no sepan es la cantidad de fuerzas militares marroquies que se situaron alrededor de Ceuta y Melilla, si llega a ir a mas, que vayan estos señores a decirles a los militares marroquies que son pacifistas, a ver que les contestan.
Comentarios
Hace unos años estos mismos grupos se negaban a hacer la mili, y gracias a ellos no tenemos que hacerla ahora.
La desobediencia civil evidentemente va contra las reglas establecidas, pero de eso se trata.
http://es.wikipedia.org/wiki/Desobediencia_civil
Un grupo homeópata objeta fiscalmente la sanidad.
Un grupo hoygan objeta fiscalmente la educación.
Un grupo de invidentes objeta fiscalmente TVE.
...
#1 La sanidad no mata. La educación no mata. TVE no mata.
#9 ¿Y cuándo no hay emergencias y el ejército se dedica a guerrear para mantener según que intereses? (Afganistan)
¿Quién socorre a las víctimas?
#9, pues por poner un ejemplo, habrá otros civiles que le quieran ayudar:
Puesto que hablamos de buques y barcas, citemos una de las más hermosas organizaciones que han surgido en nuestro siglo, una de aquellas que con más justos títulos pueden enorgullecernos: es la asociación inglesa de Salvamento de náufragos (Lifebotat Associations).
Sabido es que todos los años van a estrellarse más de mil buques en las costas de Inglaterra. En alta mar, un buen barco rara vez teme la tempestad. Junto a las costas le aguardan los peligros: mar agitado que le rompe el codastre, rachas de viento que le arrebatan mástiles y velas, corrientes que le hacen ingobernable, arrecifes y bajíos sobre los cuales va a encallar.
Incluso cuando en otros tiempos los habitantes de las costas encendían fogatas para atraer a los buques hacia los escollos y apoderarse de su cargamento, según costumbre, siempre han hecho todo lo posible para salvar a las tripulaciones. Al ver a un buque en mal trance, lanzaban sus cáscaras de nuez y dirigíanse en socorro de los náufragos, para encontrar muy a menudo ellos mismos la muerte entre las olas. Cada choza a orilla del mar tiene sus leyendas del heroísmo, desplegado por la mujer igual que por el hombre, para salvar a las tripulaciones en vías de perderse.
El Estado y los sabios han hecho alguna cosa para disminuir el número de los siniestros. Los faros, las señales, los mapas, las advertencias meteorológicas lo han reducido, ciertamente, mucho. Pero siempre quedan cada año un millar de embarcaciones y muchos miles de vidas humanas que salvar.
Por eso, algunos hombres de buena voluntad pusieron manos a la obra. Buenos marinos, ellos mismos imaginaron un bote de salvamento que pudiese desafiar a la tormenta sin ponerse por montera ni irse a pique, e iniciaron alguna campana para interesar al público en la empresa, encontrar el dinero necesario, construir barcos y situarlos en las costas, en todas partes donde puedan prestar servicios.
Como esas gentes no eran jacobinos, no se dirigieron al gobierno. Habían comprendido que para realizar bien su empresa les era necesario el concurso, el entusiasmo de los marinos, su conocimiento de los lugares, su abnegación sobre todo. Y para encontrar hombres que a la primera señal se lancen de noche al caos de las olas, sin dejarse detener por las tinieblas ni por los rompientes, y luchando cinco, seis, diez horas, contra el oleaje antes de abordar al buque náufrago, hombres dispuestos a jugarse la vida para salvar la de los demás, se necesita el sentimiento de solidaridad, el espíritu de sacrificio que no se compra con galones.
Así, pues, hubo un movimiento enteramente espontáneo, producto del convenio libre y de la iniciativa individual. Centenares de grupos locales se organizaron a lo largo de las costas. Los iniciadores tuvieron el buen sentido de no echárselas de maestros, buscaron luces en las chozas de los pescadores. Un lord envió veinticinco mil pesetas para construir un bote de salvamento a un determinado pueblo de la costa; aceptóse el donativo, pero dejando a elección de los pescadores y marinos de aquella localidad el sitio dónde había de situarse el bote.
Los pianos de las nuevas embarcaciones no se hicieron en el Almirantazgo. «Puesto que importa -leemos en el informe de la Asociación- que los salvadores tengan plena confianza en la embarcación que tripulan, la junta se impone ante todo el deber de dar a los botes la forma y los pertrechos que puedan desear los propios salvadores.» Por eso cada año introduce un perfeccionamiento nuevo.
¡Todo por los voluntarios, que se organizan en juntas o grupos locales! ¡Todo por la ayuda mutua y por el común acuerdo! ¡Qué anarquistas! Por eso no piden nada a los contribuyentes, y el año pasado se les dieron 1.076.000 pesetas de cuotas voluntarias y espontáneas.
En 1871 la Asociación poseía doscientos noventa y tres botes de salvamento. Ese mismo año salvó seiscientos un náufragos y treinta y tres buques. Desde su fundación ha salvado treinta y dos mil seiscientos setenta y un seres humanos.
Habiendo perecido en 1886 entre las olas tres botes de salvamento con todos sus hombres, presentáronse centenares de nuevos voluntarios a inscríbirse, a constituirse en grupos locales, y esa agitación dio por resultado el que se construyeran veinte botes suplementarios.
Advirtamos de paso que la Asociación envía cada año a los pescadores y marinos excelentes barómetros a un precio tres veces menor que su valor real, propaga los conocimientos meteorológicos y tiene a los interesados al corriente de las variaciones bruscas previstas por los sabios.
Repetimos que las pequeñas juntas o grupos locales no tienen organización jerárquica y se componen únicamente de voluntarios para el salvamento y de personas que se interesan por esa obra. La junta central, que es más bien un centro de correspondencia, no interviene en absoluto. Verdad es que cuando en el municipio se trata de votar acerca de un asunto de educación o de impuesto local, esas juntas no toman parte como tales en las deliberaciones -modestia que, por desgracia, no imitan los elegidos de un ayuntamiento-. Pero; por otra parte, esas buenas gentes no admiten que quienes no han arrostrado nunca las tormentas, les impongan leyes acerca del salvamento. A la primera señal de apuro, acuden, se conciertan y echan adelante. Nada de galones, mucha buena voluntad.
Imaginaos que alguien os hubiese dicho hace veinticinco años: «Tan capaz como es el Estado para hacer matar veinte mil hombres en un día y que salgan heridos otros cincuenta mil, es incapaz para prestar socorro a sus propias víctimas. Por tanto, mientras exista la guerra, hace falta que intervenga la iniciativa privada y que los hombres de buena voluntad se organicen internacionalmente para esa obra humanitaria.»
¡Qué diluvio de burlas hubiese llovido sobre quien hubiera osado emplear este lenguaje! En primer término, le hubieran tratado de utópico, y si después se hubiese dignado abrir la boca, le hubieran respondido: «Precisamente faltarán voluntarios allí donde más se deje sentir su necesidad. Vuestros hospitales libres estarán todos centralizados en sitio seguro, al paso que se carecerá de lo indispensable en las ambulancias. Las rivalidades nacionales se las arreglarán de modo que los pobres soldados morirán sin socorro». Tantos oradores, otras tantas reflexiones de desaliento. ¡Quién de nosotros no ha oído perorar en ese tono!
La conquista del pan, Piotr Kropotkin, 1888
http://www.geocities.com/Area51/Jupiter/2816/
No se trata de no pagar, esa cantidad se destina a fines antimilitaristas, y demuestras haberla pagado mediante un comprobante y una carta en la que dejas constancia de tu postura. Vamos, la verdad por delante. Es el mismo asunto que no destinarlo a las iglesias, una objeción de conciencia. Si leéis el artículo (sí, ya sé que es mucho pedir) lo leeréis de forma explícita, el dinero no se evade, se desvía, y si léeis el artículo 30.2 de la constitución (informarse exige de ciertos sacrificios), la objeción de conciencia es un derecho en España que sigue a la espera de una ley que la regule, aunque sigue siendo un derecho; así que la objeción fiscal no debe verse como algo ilegal, sino en todo caso alegal, ya que el tema simplemente no está legislado... aún!!! Únicamente existe por ahora una sentencia del Tribunal Constitucional que habla sobre este tema. Vamos, que ya canta.
#17, de subvención nada, autogestión:
http://www.nodo50.org/tortuga/Declaracion-Ideologica-de
#19, lo de siempre:
http://www.antimilitaristas.org/spip.php?article4160
#4, no pagar 84 € de impuestos es una falta administrativa y no penal.
Se los embargaran de la cuenta haciendoles una declaración paralela con costas.
Si unos pueden decidir que sus impuestos vayan a parar a una secta, no veo por qué otros no pueden oponerse a que los suyos no se usen para la guerra.
Hombre, me parece bien. Y también objetaría por los gastos de la Casa Real.
Como gesto y para visualizar el coste militar está bien, pero no se pueden pagar impuestos a la carta.
Ya quisiera yo objetar al gasto de la iglesia, de las TV públicas, de los anuncios institucionales de autobombo, de las subvenciones a los toros y al futbol o las obras públicas innecesarias...
Me iba a ahorrar una pasta en impuestos...
#9 Pues se crea un cuerpo de socorro para esas situaciones, los conocimientos de matar gente no suelen ser muy utiles en un incendio
poooozzi, no me parece mal. Creo que dar muchas armas a gente un poco descerebrada o con poca cabeza...no puede ser bueno parta nadie.
¿ejemplo? el caso de carlos palomino.
Esta bien, por algo se empieza... el gobierno pocas veces hace algo útil por sí mismo, asique tiene que moverse la gente. Hoy será el gasto militar, mañana será alguna otra cosa injusta.
#14 Ya lo hay, la UME
De verdad, qué vergüenza, viviendo en la Alianza de Civilizaciones y el país multicolor donde todos somos hermanos, no hay guerras y somos el único país del entorno con Ejército
Bueno, cuando la situación económica siga deteriorándose y le den a los moros por copiar a sus primos de Somalia y venir a saquear a las costas en lugar de a pedir trabajo en patera, les recibiremos a besos y les donaremos generosamente nuestros bienes, que eso de pegar tiros es de incívicos... (y quiero a esos pacifistas en primera línea de playa cantando el hare-hare)
¿Qué? ¿Que me he fumao algo? ¿Sí? ¿Y cuántos de vosotros preveíais una crisis de este calibre? ¿Y las consecuencias? ¿No deberíamos estar preparados para el peor de los escenarios posibles? ¿U os créeis que un Ejército se monta en 4 ratos y basta con repartir escopetas por las urbanizaciones? ¿Habéis visto el caso de Suiza?
Seguramente estaréis en desacuerdo conmigo, pero la (cruda) realidad es tozuda...
#34: http://www.nodo50.org/objecionfiscal
Si ni pagan sus impuestos que la Justicia obre en consecuencia. No vivimos en un "estado a la carta": esto me gusta y lo pago; esto no me gusta y no lo pago.
Conozco gente que ha hecho la objeción fiscal y ni multa ni na, Hacienda pasa olímpicamente, los únicos que flipan son los funcionarios cuando vas con la carta y el recibo de que has ingresado la cantidad que no pagas como donación a alguna ONG.
¿Donde hay que firmar?
#9 ¿Y si fuera un soldado de las SS el que te salvara? ¿Por eso ya pasaria a estar bien las SS? Una cosa no justifica la otra, no seamos tan simplistas.
#5 Entonces liberales a secas no? Capitalismo puro.
Pero no, no se trata de eso (de que quieran todo privado), sino que hay muchos tipos y escuelas del liberalismo. Hay muchos matices y ramas en él y entre una y otra puede haber abismos.
Siempre he pensado que toda esta gente son neo-liberales pero que simplemente aun no se han dado cuenta. En un estado llevado a su mínima expresión casi todo es privado y así cada uno paga lo que uno quiere/necesita.
Voy a objetar fiscalmente aaaa estooooooo los estanques con patos que lo dejan tó mus sucio.
Hoy ví entrar unos militares al Burguer King a comprar... y joder! Hablaban de una forma super killa/hoygan... ¿Estos van a defender nuestro pais?
#32 "Bueno, cuando la situación económica siga deteriorándose y le den a los moros por copiar a sus primos de Somalia y venir a saquear a las costas en lugar de a pedir trabajo en patera, les recibiremos a besos y les donaremos generosamente nuestros bienes, que eso de pegar tiros es de incívicos... (y quiero a esos pacifistas en primera línea de playa cantando el hare-hare) "
Debes cambiar de género cinematográfico, o fumar menos mientras lo ves
#31 O mejor, que el presupuesto que tienen lo gasten los altos cargos en paseítos y lujos mientras los soldaditos se apretujan en un "Boeing 127" que se cae a pedazos.
#21 Es verdad, habria que quitar el ejercito y crear solo ongs.
Este es un claro ejemplo de pais sin ejercito:
www.wri-irg.org/co/rtba/costarica-es.htm
www.indexmundi.com/es/costa_rica/fuerzas_armadas_perfil.html
Por no contemplar, no contemplan ni la objecion de conciencia, buen ejemplo de pais sin ejercito.
Viva el pais de la piruleta en la ciudad de la gominola y la calle del regaliz, que parece que muchos viven alli.
Venga, todos los militares a la PUTA calle, desfilando, ¡AR! ¿Cuánta gente trabaja actualmente en el ejército? ¿Cuántos puestos de trabajo indirecto sostienen a esta institución?
En cierto modo entiendo sus protestas, ¿para qué queremos un ejército si no es para matar a los enemigos del Gobierno (Gobierno, no pueblo)?
Claro que les den menos dinero y cuando con el presupuesto que tienen contratan mierdas de aviones, si se cae uno, pues entonces la montamos. El ejercito, no está solo para matar o cuando la catastrofe del prestige, no se acuerdan de como trabajan o cuando hay incendio...
Esto nuevo nuevo... no es...
Ya se hacia ( y se publicitaba ) cuando la mili era obligatoria ( y partidos politicos trabajaban mano a mano con antimilitaristas )..... lo malo, es que una vez "otorgada" la no obligatoriedad del servicio militar u prestacion sustitutoria, los politicos dejaron de apoyar medidas como la objecion fiscal, que el MOC creo ha seguido promoviendo siempre, ya que un ejercito voluntario, no es mejor ni mata menos que uno obligatorio.
Nuevo no es.... Necesario revindicar actitudes como esta ... SI!!!!!
#28 Ahora que lo mencionas, el poder industrial/tecnológico/energético/geoestratégico de Costa Rica es "asustante". No comparemos...
#9 a lo mejor me salva un especialista en salvamento que yo he pagado desviando ese impuesto del ejercito.
Mmmm, bastante absurdo. Lo único que conseguirán, aparte de una multa por evasión de impuestos, es que el ejército se financie con parte de lo que correspondería a otra partida (y me apostaría algo a que no iba a ser del sueldo del Rey).
Y cuando ( por poner un ejemplo ), haya una emergencia de tal calibre que ( como pasa alguna vez ) manden al ejercito a colaborar y resulta que uno de estos objetores necesite que le socorran?
Bueno, cuando se quede alguno de estos señores en la carretera atascado por la nieve o su casa este apunto de ser abrasada por un incendio forestal, que page la factura del rescate al ejercito, que los demas lo pagamos con los impuestos. Cuando un maremoto arrase un pais entero y haya que ir a repartir comida, que vayan estos señores, si les reciben a tiros, que les digan bien alto que son pacifistas, a ver si asi detienen las balas, y de paso de camino a la zona del desastre, que pasen por Somalia a saludar a los piratas a ver si diciendoles que usan la mula les dejan pasar tan campantes. Cuanta gente viviendo en el pais de la piruleta, la ciudad de la gominola en la calle del lacasito.
Maduren señores, que con la tonteria de Perejil, lo que puede que no sepan es la cantidad de fuerzas militares marroquies que se situaron alrededor de Ceuta y Melilla, si llega a ir a mas, que vayan estos señores a decirles a los militares marroquies que son pacifistas, a ver que les contestan.
Supongo que iran a la carcel y seran severamente castigados, monetariamente hablando. A mi tampoco me gustan ellos y seguro que cobran subvencion