Hace 14 años | Por macfly a lapaginadefinitiva.com
Publicado hace 14 años por macfly a lapaginadefinitiva.com

c&p: El día 8 de junio hay convocada una huelga de funcionarios. Que yo no secundaré. Y no porque me parezcan presentables las medidas adoptadas por el Gobierno frente a la crisis (y, sobre todo, la actuación global en materia económica y de justicia social de estos últimos años, que no sé mi provoca más ganas de reír o de llorar), sino por un par de ideas que tengo sobre el derecho a la huelga de funcionarios...

Comentarios

Johnnie_Gray

"Por el contrario, con la huelga de funcionarios se priva al ciudadano de servicios esenciales y prestados en régimen de monopolio por la Administración. De alguna manera, a diferencia de lo que ocurre con una huelga en una empresa normal, donde la huelga presiona por la vía de generar prejuicios al patrón, la huelga de funcionarios a quien toma como rehén y le hace padecer las dificultades derivadas del paro es al ciudadano, al usuario de los servicios públicos."

Bien, este párrafo es una manera de ver las cosas, aunque en mi opinión muy discutible: es cierto que una huelga de funcionarios priva al ciudadano de servicios, aunque discrepo en lo de esenciales, ya que se establecen servicios mínimos. Esto es así en una huelga de funcionarios y en una de trabajadores privados, sean estos de una empresa o empresas particulares o de un sector en concreto. Recuerdo huelgas sectoriales como las de los transportistas o pilotos, que provocan verdaderos caos entre la población. Una huelga es provocada por un conflicto laboral, y al fin y al cabo por un conflicto social. Los trabajadores, sean públicos o privados, implicados en ese conflicto no viven al margen de la sociedad, y ésta también sufre el conflicto. Evidentemente, una huelga no debe afectar a los servicios esenciales (y recalco lo de esenciales) que deben prestarse al ciudadano desde la Administración o al ciudadano como consumidor en el caso de las huelgas del sector privado.

Dicho esto, si se elimina el derecho a la huelga para el trabajador del sector público (funcionarios, laborales, empleados de empresas públicas), ¿qué herramienta de presión efectiva le queda? Lo pregunto sin ironía.

Confieso que soy funcionario, y mañana iré a la huelga. Mis motivaciones son variadas, como imagino que también lo serán las de los compañeros que no la harán. Haré huelga por la bajada de mi salario, pero no sólo por eso ni fundamentalmente. El otro día, cuando el Presidente del Gobierno exponía en el Congreso las medidas para rebajar el déficit público, no se escuchó ni una sola medida para atajar el verdadero problema del país: un 20% de paro entre la población activa... ¡un 20%! Soy funcionario, y sé bien quien es mi verdadero patrón: aquellos que día a día pasan a engrosar las listas de desempleo, y los que, afortunadamente no lo hacen y están trabajando, les están pintando un panorama cada día más negro. Sí, iré a la huelga mañana por cierta empatía con los desempleados y trabajadores del sector privado y el endurecimiento de sus condiciones laborales/salariales (mucho peores que las mías), sabiendo que para ellos ir a la huelga puede significar mucho más que perder un día de trabajo y, como tú señalas, lo que yo pierdo es "sólo" un día de salario. Cierto, no lo hago sólo por altruismo, reclamar también desde el sector público la defensa de los derechos y condiciones laborales de los trabajadores privados, además de los propios, es de sentido común; como dije antes, son los trabajadores privados quien nos pagan y quienes sostienen eso que llamamos Administración Pública.

Bien, para acabar, simplemente decirte que votaré tu comentario como positivo, ya que aunque no lo comparto, reconozco que está argumentado sin dramatismos y posibilita el debate.

D

#10 Ahí está el problema. Se podría pensar que lo que quiere el gobierno es que los funcionarios hagan una huelga de un día, ya que el gobierno se ahorraría bastante dinero, los servicios mínimos imprescindibles continuarían y el resto del trabajo se seguiría haciendo, solo que lo tendrán acumulado los funcionarios que hagan huelga los días 9 y 10. Los ciudadanos que tuvieran planeado ir a la administración el día 8 simplemente lo pospondrán.

Tal como está montada esta huelga la veo bastante poco util: No bajará la productividad para el gobierno pero se ahorrará los salarios.

Qué deberían hacer los funcionarios? Pues sonará feo, pero además de la huelga sería necesario que cortasen calles, manifestaciones... así el ciudadano no funcionario tambien sentiría esa huelga, con lo que se cabrearía contra el gobierno, que es precisamente lo que quiere evitar el patrón (en este caso el gobierno)

p

#0 no será por qué te descuentan dinero, no?

macfly

#5 ya dice que por eso no, que en la Universidad casi nunca les descuentan

r

ahora no es el momento ,lo fue antes ,cuando se nos estaba mintiendo de forma reiterada sobre el estado de nuestra economía,ahora toca aplicarnos el dicho que escuchaba en mi niñez , chaval aprieta el culo y da pedal, y no huelgas generales ,que lo único que hacen es hundirnos mas. quizás luego habrá que bajar mas los sueldos. saquemos el país del hoyo en que nos han metido y ya habrá ocasión de recuperar en tiempo y forma lo perdido

j

#8 No te engañes: los trabajadores, tanto públicos como privados, nunca recuperaremos lo que estamos perdiendo en esta crisis...

macfly

Las dos razones por las que no haré huelga el próximo martes, y que en general me hacen ser bastante poco partidario de las huelgas de funcionarios públicos, son las siguientes:

1. A mi juicio el derecho de huelga es un arma de conflicto de una extraordinaria potencia que, cuando un ordenamiento jurídico se la reconoce a un trabajador, viene contrapesada por algunos elementos que le dan sentido, realzan su valor y contribuyen a convertirla en un instrumento leal y prestigiado. A saber, que el hecho de hacer huelga tiene, para el trabajador, costes. Y no menores. El daño que el trabajador en huelga inflige a la empresa al no trabajar, las consecuencias que el ordenamiento jurídico impone soportar al empleador al reconocer el derecho e impedir por múltiples vías que su ejercicio sea dificultado, están contrapesadas, al menos, por dos grandes sacrificios que, a su vez, padece el trabajador:
- En primer lugar, y como es obvio, la pérdida del salario de los días no trabajados.

- En segundo lugar, la puesta en riesgo de la continuidad de la actividad empresarial y de su misma viabilidad, si como consecuencia de una huelga desproporcionada en el tiempo y en sus efectos la empresa quiebra.

La potentísima arma que supone reconocer a los trabajadores este derecho se ve contrapesada así con estos costes que su ejercicio conlleva, y que inevitablemente condicionan mucho la decisión de ir a la huelga, la hacen muy matizada y verdadera ultima ratio del conflicto social. Provocan, también, que el ejercicio del derecho sea moderado y esté siempre contrapesado por la existencia de un mecanismo de control interno que incentiva un comportamiento responsable por parte de los trabajadores: si se pasan y la empresa va a la quiebra los primeros perjudicados (o bueno, los segundos, después del patrón) son ellos.

Por el contrario, los funcionarios públicos, cuando vamos a la huelga, no tenemos esa espada de Damocles sobre nosotros. Lo cual, a mi juicio, comporta un desequilibrio que hace nuestra huelga menos valiosa, menos meritoria y, además, socialmente perturbadora, en la medida en que incentiva el conflicto colectivo artificialmente inflado.-

2. Un segundo factor que creo que merece ser considerado, y que personalmente tengo muy en cuenta, es que la huelga en el sector privado impide que una empresa produzca o ponga en el mercado bienes o servicios. Pero, normalmente, ello no imposibilita a los ciudadanos hacerse con ellos por vías alternativas. Puede ser más incómodo, puede ser más caro, puede ser a costa de renunciar al tipo de bien que prefieres, a tu marca preferida o al que estás habituado, pero siempre tienes, al menos, otras opciones.
Por el contrario, con la huelga de funcionarios se priva al ciudadano de servicios esenciales y prestados en régimen de monopolio por la Administración. De alguna manera, a diferencia de lo que ocurre con una huelga en una empresa normal, donde la huelga presiona por la vía de generar prejuicios al patrón, la huelga de funcionarios a quien toma como rehén y le hace padecer las dificultades derivadas del paro es al ciudadano, al usuario de los servicios públicos.

natrix

#1 Gracias, pero ya lo pone en la noticia.

macfly

#2 es un mini corta-pega de lo más importante, no creo que moleste mucho.

macfly

#2 ahh,vaya pues sí que molesta, me lleve un negativo

natrix

#4 No te lo tomes a mal, es mi protesta por el hecho de que no me gusta que el que manda una noticia se haga un primer comentario que no aporta nada.
Te lo compenso con otro positivo y listo.