"Es imprescindible acudir a los orígenes para entender las conductas actuales de los pacientes", asegura Juan Luis Arsuaga, experto en el estudio del ser humano, mientras se refiere a la necesidad de entender la idiosincracia del hombre actual a partir de sus orígenes, de sus pulsiones innatas y de comportamientos mantenidos a lo largo de los años.
Teniendo en cuenta que esa pre-historia (con esa presunción semántica de la palabra que parece justificar que la ignorancia actual de nuestro pasado implica que por entonces no ocurría nada socialmente reseñable) ocupa la mayor parte de nuestra presencia temporal como especie en este planeta habría que ir despojando al término de sus connotaciones estupidamente negativas y asumir que ha llegado el momento de empezar a mirar atrás y recuperar lo recuperable, que probablemente es mucho más de lo que pensamos.
Tesis: Estamos diseñados para vivir como en la prehistoria, y como disponemos de grasas y azúcares en abundancia, podemos permitirnos largos períodos de reposo, no necesitamos correr todos los días, etc. resulta que nos ponemos enfermos.
Por eso, nuestra esperanza de vida es de tan solo 75 a 90 años, en tanto que en la prehistoria... Oh, wait!
Lo sé: el argumento es tramposo, porque ignora los antibióticos, los insecticidas, el asfaltado de las calles y la escasez de animales interesados en devorarnos, entre otras cosas. Pero... ¿Estábamos diseñados para durar 100 años, ya en la prehistoria? No sé, no sé... tal vez algo en nuestra forma de vida contribuya a ello, aparte de los antibióticos. ¿El alcohol y el tabaco, tal vez?
A ver, sus señorías, que conste que se refiere a hábitos alimenticios (y de consumo), no a volver al calzón de tigre y la llave inglesa de quijada de mandril.
#4 Sí, la ginebra, mira lo bien que conservó a la Reina Madre en Inglaterra
#4 Sí, sí, me apuesto lo que quieras a que los niños prehistóricos no tenían ni la mitad de enfermedades que los de ahora, criados en ambientes tan limpios que les impiden inmunizarse. Pero no pasa nada, echamos mano de antibióticos y arreglado.
Comentarios
Alguien olvida la revolución... neolítica.
Y lo hacemos. Lo hacemos.
Teniendo en cuenta que esa pre-historia (con esa presunción semántica de la palabra que parece justificar que la ignorancia actual de nuestro pasado implica que por entonces no ocurría nada socialmente reseñable) ocupa la mayor parte de nuestra presencia temporal como especie en este planeta habría que ir despojando al término de sus connotaciones estupidamente negativas y asumir que ha llegado el momento de empezar a mirar atrás y recuperar lo recuperable, que probablemente es mucho más de lo que pensamos.
Tesis: Estamos diseñados para vivir como en la prehistoria, y como disponemos de grasas y azúcares en abundancia, podemos permitirnos largos períodos de reposo, no necesitamos correr todos los días, etc. resulta que nos ponemos enfermos.
Por eso, nuestra esperanza de vida es de tan solo 75 a 90 años, en tanto que en la prehistoria... Oh, wait!
Lo sé: el argumento es tramposo, porque ignora los antibióticos, los insecticidas, el asfaltado de las calles y la escasez de animales interesados en devorarnos, entre otras cosas. Pero... ¿Estábamos diseñados para durar 100 años, ya en la prehistoria? No sé, no sé... tal vez algo en nuestra forma de vida contribuya a ello, aparte de los antibióticos. ¿El alcohol y el tabaco, tal vez?
A ver, sus señorías, que conste que se refiere a hábitos alimenticios (y de consumo), no a volver al calzón de tigre y la llave inglesa de quijada de mandril.
#4 Sí, la ginebra, mira lo bien que conservó a la Reina Madre en Inglaterra
#4 Igual la higiene y la medicina moderna tienen algo que ver con que vivamos más tiempo
#5 Si es que leo Ginebra y ya me despisto
#4 Sí, sí, me apuesto lo que quieras a que los niños prehistóricos no tenían ni la mitad de enfermedades que los de ahora, criados en ambientes tan limpios que les impiden inmunizarse. Pero no pasa nada, echamos mano de antibióticos y arreglado.