En pleno debate parlamentario de la reforma laboral, resulta muy interesante la posición en la que queda España en sus principales indicadores del mercado laboral respecto algunos países europeos después de todos los cambios que introduce esta reforma en las relaciones laborales.
Suecia sigue manteniendo el contrato psicológico. Básicamente se trata de una relación laboral en la que el trabajador se compromete a dar lo mejor de sí por la empresa, y la empresa se compromete a dar lo mejor de sí por el trabajador. ¿Por qué esto no es universal? Depende de la psicología social del estado. En Alemania, tras la formación de estado moderno alemán, Bismarck se propuso acabar con las clases medias. ¿Cómo? Resumiendo mucho: líandolas. Creó una reforma laboral que rompía con lo establecido hasta el momento (el contrato psicológico), y, amaprándose en la legislación, formó un conjunto de normas que no eran facilmente interpretables por los individuos normales, y aquí, queridos, aparecen los abogados... Los abogados garantizaban a los empresarios el máximo rendimiento al mínimo coste. Los trabajadores recurrieron a sus propios abogados, sindicatos, y se montó el pollo: desconfianza. El trabajador piensa que el empresario quiere lo máximo al menor coste. El empresario piensa que el trabajador se pasa el día en Menéame, en vez de currar... desde entonces, y hasta hoy, andamos a golpes unos y otros...
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Suecia sigue manteniendo el contrato psicológico. Básicamente se trata de una relación laboral en la que el trabajador se compromete a dar lo mejor de sí por la empresa, y la empresa se compromete a dar lo mejor de sí por el trabajador. ¿Por qué esto no es universal? Depende de la psicología social del estado. En Alemania, tras la formación de estado moderno alemán, Bismarck se propuso acabar con las clases medias. ¿Cómo? Resumiendo mucho: líandolas. Creó una reforma laboral que rompía con lo establecido hasta el momento (el contrato psicológico), y, amaprándose en la legislación, formó un conjunto de normas que no eran facilmente interpretables por los individuos normales, y aquí, queridos, aparecen los abogados... Los abogados garantizaban a los empresarios el máximo rendimiento al mínimo coste. Los trabajadores recurrieron a sus propios abogados, sindicatos, y se montó el pollo: desconfianza. El trabajador piensa que el empresario quiere lo máximo al menor coste. El empresario piensa que el trabajador se pasa el día en Menéame, en vez de currar... desde entonces, y hasta hoy, andamos a golpes unos y otros...
Es leer INFOGRAFIA y salir corriendo
Que quieren decir las estadisticas que nos presenta el estado, que aún estamos bien!!