Hace 14 años | Por --119912-- a alsd.es
Publicado hace 14 años por --119912-- a alsd.es

[Opinión] Acabo de terminar de leer la trilogía Millenium, del celebérrimo y difunto Stieg Larsson. En primer lugar, es una lectura recomendable. No es el mejor libro que se haya escrito, ni tampoco la mayor obra maestra de su género, pero sí creo que da mil vueltas a cualquier cosa que haya salido jamás del diabólico procesador de textos de Dan Brown. Además, transmite una serie de valores que considero relevantes para nuestra sociedad.

Comentarios

R

Los apuntes tecnológicos, interesantes. Pero los cuatro valores enmarcados, para reenmarcar.

1- Ponerle la mano encima a una mujer te convierte en una mala persona por definición. Pero lo que es más importante: está plenamente justificado que ésta te sacuda en respuesta. Y si es con un bate de béisbol de acero, pues mucho mejor. Tolerancia cero con los maltratadores.

2- La gente puede hacer lo que quiera con su vida personal y sexual siempre que respete la primera norma. El libro pone por delante de cualquier convencionalismo social otros factores como el mutuo consentimiento, la libertad de elección y la sorprendente capacidad de los seres humanos de fijar reglas y atenerse a ellas. Y lo que piensen los demás está de más, que dirían los Mecano. No es que todos podamos hacer lo que queramos con cualquiera y en cualquier momento: es que todos podemos hacer lo que queramos con cualquiera y en cualquier momento siempre que no hagamos daño a nadie y todo el mundo esté de acuerdo y se lo pase bien.

3- Ser listo es bueno. Sí, parece una lección del gran filósofo Perogrullo, pero si miramos a nuestro alrededor no parece tan evidente. En Millenium, todos los personajes positivos disfrutan con el aprendizaje y parecen encantados con cualquier posibilidad que se les brinde de profundizar en el conocimiento de su entorno y el mundo que les rodea.

4- Frente a la opinión de Vargas Llosa, que acusa a Larsson de proponernos una Suecia que funciona como “una sucursal del infierno, donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los policías y espías delinquen, los políticos mienten, los empresarios estafan, y tanto las instituciones como el establishment en general parecen presa de una pandemia de corrupción de proporciones priístas o fujimoristas”, creo que la visión de Larsson sobre su país es muy optimista. El autor cree firmemente en la capacidad de los seres humanos de mejorar el mundo que nos rodea, y ninguno de los obstáculos que se presentan a los simpáticos protagonistas representa una corriente generalizada dentro de la sociedad, sino una villanía muy individualizada. Puedo parafrasear al escritor peruano con algunos matices: “sólo los peores jueces prevarican, sólo un imbécil que se hace pasar por psiquiatra tortura, únicamente algunos policías y espías delinquen, sólo los malos políticos mienten, los empresarios sin piedad son los que estafan y la corrupción es tan manejable que puede ser conjurada a través del mero ejercicio responsable de un cuarto poder adecuadamente dimensionado”. Dicho todo esto, termino mi loa recomendando la lectura de un magnífico artículo de La Vanguardia que explica muchas cosas sobre el autor y su vida.

tocameroque

Se transmiten valores. De acuerdo, pero hay muchos episodios de justicia relativa, donde la simpatía por la persona que comete el delito (o la animadversión por la víctima) hacen que nos parezca menos delito.
El Estado queda bastante vilipendiado, sobre todo en la última parte de la trilogía, jueces, fiscales, policias....se transmite como que los delitos de tráfico humano no son perseguidos, como que hay demasiada connivencia con chivatos y delincuentes.
Hay episodios increíbles y situaciones personales poco creíbles (licencias literarias que no le permitiríamos a Follet o Brown...) que no voy a comentar aquí para no espoilear, sobre todo en la segunda novela que sólo salvan la simpatia por los protagonistas (que se hace creciente sobre Salander y que es cada vez menos patente por Blomkvist, que realmente es el típico "cabronazo"....)
En general bien, y se agradece saber que los suecos no son tan fríos...

kornwaikas