El culto a la objetividad provoca que los reporteros que presencian tragedias y sufrimientos cuyos responsables están perfectamente identificados vean que sus crónicas terminan llegando al público descafeinadas y desteñidas tras atravesar los filtros de los jefes de redacción y los directivos de despacho. La objetividad se ha convertido en elemento de culto para evitar enfrentarse a verdades desagradables o disgustar a una estructura de poder de la que dependen los medios de información para obtener beneficios o incluso sobrevivir.
Comentarios
#7 Pierde cuidado. Yo soy más de tortura china que de crucifixión.
#5 No seas melodramático, ni hay que darle fuerte al espacio ni, sobre todo, nadie te va a crucificar.
#6 Sí, mentiroso, que me queréis crucificar, que lo sé. Sobre todo tú. Tengo miedoooo
Pero sobretodo cerebro.
#1 Te recomiendo su lectura... Creo que te parecerá muy buena.
#2 El post ya lo he leido.
#1 Sobretodo -->
#3 Joder, aquí no le das fuerte al espacio y te crucifican.