Artículo aparecido en El País en 1997 sobre la residencia de Manoteras y su director, Juan José Araúzo, despedido por querer ahorrar comprando comida de menos calidad para los ancianos. Parece que entonces aquello era el paraíso, y Araúzo, todo un benefactor.
No nos precipitemos al juzgarle. Puede que sea un canalla sin escrúpulos, pero yo no le clasificaré definitivamente como tal sin saber como ha cambiado el presupuesto de la residencia y el número de ancianos que la ocupan durante estos años.
Esta noticia evidencia la mala calidad de los servicios sociales en España, debido principalmente al bajo presupuesto destinado a la alimentación en residencias, pero también ocurre lo mismo en hospitales, colegios e incluso en programas vacacionales del Imserso, Comer saludable y bien es caro, solo al que no va a la compra a diario le puede resultar increíble esta afirmación. Este caso no solo demuestra deficiencias en la dieta, materiales, consumibles y medios escasean, pero somos más sensibles a la alimentación. Que es una decisión política esta claro, si habían evidencias de mala gestión ¿porque no se tomaron medias antes? estamos en campaña, toda medida ejemplar puede ayudar. En mi opinión deberíamos pedir a los medios de comunicación, que le diesen la oportunidad al ya exdirector de la residencia de Manoseras a explicar el porque de sus decisiones, pero seguramente cualquier declaración pudiera resultar contraproducente, para el y para la propia administración, deberíamos ser mas cautos y respetuosos con la persona que no es el responsable de la política social de este país. Por último destacar que la alimentación o restauración colectiva en España es deficiente, un país orgulloso de su ya cada día mas lejana dieta Mediterránea y abanderado la cocina de vanguardia en el mundo, merece que su administración dedique mas esfuerzos y recursos a la restauración social, donde cada día miles de trabajadores y profesionales tiene que vivir su oficio con frustración e incomprensión.
Comentarios
No nos precipitemos al juzgarle. Puede que sea un canalla sin escrúpulos, pero yo no le clasificaré definitivamente como tal sin saber como ha cambiado el presupuesto de la residencia y el número de ancianos que la ocupan durante estos años.
Va a pasar como con el Doctor Montes.
Manoteras era el escaparate del antiguo INSERSO. Allí iban a aprender sus futuros directores de residencia.
Me huele mucho a electoralismo y a la espe este asunto ... en estas fechas.
En todo caso hace décadas que pasé por allí. Pero me cuesta mucho aceptar el amarillismo con que se presenta el cese.
Como cambian las personas con el tiempo... O como son capaces algunas de engañar durante la mayor parte de éste.
Esta noticia evidencia la mala calidad de los servicios sociales en España, debido principalmente al bajo presupuesto destinado a la alimentación en residencias, pero también ocurre lo mismo en hospitales, colegios e incluso en programas vacacionales del Imserso, Comer saludable y bien es caro, solo al que no va a la compra a diario le puede resultar increíble esta afirmación. Este caso no solo demuestra deficiencias en la dieta, materiales, consumibles y medios escasean, pero somos más sensibles a la alimentación. Que es una decisión política esta claro, si habían evidencias de mala gestión ¿porque no se tomaron medias antes? estamos en campaña, toda medida ejemplar puede ayudar. En mi opinión deberíamos pedir a los medios de comunicación, que le diesen la oportunidad al ya exdirector de la residencia de Manoseras a explicar el porque de sus decisiones, pero seguramente cualquier declaración pudiera resultar contraproducente, para el y para la propia administración, deberíamos ser mas cautos y respetuosos con la persona que no es el responsable de la política social de este país. Por último destacar que la alimentación o restauración colectiva en España es deficiente, un país orgulloso de su ya cada día mas lejana dieta Mediterránea y abanderado la cocina de vanguardia en el mundo, merece que su administración dedique mas esfuerzos y recursos a la restauración social, donde cada día miles de trabajadores y profesionales tiene que vivir su oficio con frustración e incomprensión.