En lugar de bambalinas, tumbas. Esa fue la «recepción» que se encontró la cantante Tamara el viernes pasado en Duarría, la parroquia del municipio lucense de Castro de Rei donde tenía previsto dar un concierto, aunque al final no llegó ni a subirse al escenario. «Fue la noche más surrealista de su vida, ni Tamara ni yo hemos pasado nunca más miedo»
Comentarios
Pero la buena o la mala? Es importante
#2 la buena
Pues no se porque veo mas creible la versión del organizador que la del representante...
Pues que cante la de Chikilicuatre y tal.