Una sentencia emitida el pasado 8 de enero en la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha reconocido el derecho de los farmacéuticos a no dispensar la conocida como 'píldora del día después' alegando motivos de objeción de conciencia, si bien obliga, por contra, a que las oficinas de farmacia tengan este medicamento en sus almacenes.
"los farmacéuticos deberían dispensar cualquier producto, incluida la píldora del día después, siempre que venga prescrita por un médico".
Yo opino lo mismo, al farmacéutico no debería poder no vender según que productos por un tema personal, y más tratandose de cosas tan serias como la píldora del día despúes que viene prescrita por el médico...
De vez en cuando los condones se rompen, y nos ponen demasiado difícil acceder a la píldora.
Claro, es mejor tener que abortar que evitarse el embarazo por tomar la píldora tras una rotura del preservativo.
#2 Si no se te ha roto nunca un condón será que los usas poco
Propongo que el objetor de conciencia se haga cargo de la manutención vitalicia del potencial vástago, o al menos hasta que entre en edad legal de valerse por sí mismo.
Comentarios
"los farmacéuticos deberían dispensar cualquier producto, incluida la píldora del día después, siempre que venga prescrita por un médico".
Yo opino lo mismo, al farmacéutico no debería poder no vender según que productos por un tema personal, y más tratandose de cosas tan serias como la píldora del día despúes que viene prescrita por el médico...
#3 Espero que solo sean conjeturas el primer comentario jejejeje
#3 Tiene toda la razón del mundo.
De vez en cuando los condones se rompen, y nos ponen demasiado difícil acceder a la píldora.
Claro, es mejor tener que abortar que evitarse el embarazo por tomar la píldora tras una rotura del preservativo.
Mejor usar el condón en perfectas condiciones y se ahorran ese problema
#2 Si no se te ha roto nunca un condón será que los usas poco
Propongo que el objetor de conciencia se haga cargo de la manutención vitalicia del potencial vástago, o al menos hasta que entre en edad legal de valerse por sí mismo.