Esta gente no ha estado en mi oficina, fliparía. Todo el mundo que entra la primera vez flipa con la cantidad de ruido que hacemos.
Se echa en falta la conversación cuñadil delante de la máquina de café.
Echo de menos un botón que represente a la tucana de mi oficina, la señora que está al fondo y de cuyo fin de semana se entera toda la planta. También cuando ríe y tiemblan los ventanales, suele ser muy curioso.
Falta el comercial, el teleoperador...
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Esta gente no ha estado en mi oficina, fliparía. Todo el mundo que entra la primera vez flipa con la cantidad de ruido que hacemos.
Se echa en falta la conversación cuñadil delante de la máquina de café.
Echo de menos un botón que represente a la tucana de mi oficina, la señora que está al fondo y de cuyo fin de semana se entera toda la planta. También cuando ríe y tiemblan los ventanales, suele ser muy curioso.
Falta el comercial, el teleoperador...