Aunque en los últimos tres años se hayan publicado unos ochenta libros de nombres sólo en EEUU, esa herramienta ha quedado para el recuerdo, gracias al surgimiento de estos nuevos expertos, profesionales de la onomástica en su mayoría y también del mundo de la publicidad y la mercadotecnia, con experiencia en el negocio de crear marcas corporativas.
Señor Fuertes, señora de Barriga, creo que puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que el peor nombre que le pueden poner a su hija es "Dolores". Y en cuanto a usted, señor Jones, será mejor que no le ponga Francisco a su hijo, o lo lamentará de por vida.
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Señor Fuertes, señora de Barriga, creo que puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que el peor nombre que le pueden poner a su hija es "Dolores". Y en cuanto a usted, señor Jones, será mejor que no le ponga Francisco a su hijo, o lo lamentará de por vida.
.....señor Lazo....y no se le ocurra ponerle a si hija el nombre "Elba".
A esto se deben referir los economistas cuando dicen lo de "abrir nuevos mercados"
El nombre de Benito me parece una excelente elección, Sr. Camela.
... señor Ríos y señora Elmío no le pongan de nombre a su hijo Francisco.