Hace 13 años | Por Alexxx a elmundo.es
Publicado hace 13 años por Alexxx a elmundo.es

El exceso de celo de un empleado público puede generar descrédito para la institución en la que trabaja y quebraderos sin cuento para el ciudadano que tiene que padecerlo. Ésta es una historia propia de Kafka. Hace unos días acudí a la Sucursal 4 de Correos de Valencia, en la calle Sornells para recoger una carta certificada que le habían enviado a mi madre. Dado que está convaleciente de una operación, con una audición y visión muy mermadas por su edad, soy quien a falta de otros familiares, me traslado dos días a la semana.

Comentarios

oso_69

Suena raro, raro, raro.

Según el protagonista se muestra correcto y educado, aunque firme. Y sin motivo alguno la funcionaria llama a la Policía.

"O me da la carta; o me da su nombre para que pueda cursar una reclamación ahora mismo".

Con una insólita cerrazón que parecía intentar elevar la situación a la mayor, la señora contestó: "Pues no sólo no le doy mi nombre, si no que ya hemos llamado a la Policía". No me dio tiempo a comprender si iba en serio, cuando entró en la sucursal una pareja de la Policía Nacional,"

Para que llegasen tan rápido, tuvo que llamarles la misma directora antes de que él llegara a Correos, o la otra funcionaria mientras era atendido por la directora.

Y el detalle de que hubiera dos agentes de paisano desde el primer momento, porque no creo que les dejasen entrar después de cerrar,

"Tras echar una carrera y volver cuatro minutos antes del cierre de la Estafeta,"

y no intervinieran para nada, pero no tuvieran problemas en identificarse como tales huele mal.

En fin, una historia muy confusa.

Edito:

Y ese "si no" es "sino".

f

Yo nunca he tenido estos problemas

Si no estoy en casa le digo q mi madre que firme por mi la autorizacion y que la pille ella si no voy a estar, y no pasa nada

Puede ser que le tocase un tio cabron, pero el resto de cosas se me hace raro

K

Suena a película.... la señora obcecada en no darle la carta y llamando a la policía (que acuden en un abrir y cerrar de ojos), 2 secretas ahí metidos.... no se, es surrealista totalmente.
Aunque si suele pasar que aveces, aunque lleves todos los papeles y acreditaciones necesarias (como en este caso, la firma de la persona autorizando a otra a recoger el envío) hay alguien al que no le sirven de nada y te exige 27 cosas más, sin motivo aparente.