¿Cómo lees un manuscrito de dos mil años de antigüedad que ha sido borrado, cortado, escrito y pintado por encima? ¡Con un poderoso acelerador de partículas, por supuesto! El curador de libros antiguos, William Noel explica la fascinante historia detrás del palimpsesto de Arquímedes, un libro de oraciones bizantino que contenía, previamente desconocidos, escritos originales del antiguo matemático griego Arquímedes y de otros.
Leí un libro con la historia hace unos años, creo que se titulaba "El Código Arquímedes". La historia es apasionante (no puedo ver este vídeo porque mi conexión mierdimóvil dimitiría en el intento)). Pero supongo que hablará de los contenidos excepcionales que conocía Arquímedes. Recuerdo que se mencionaban las bases del cálculo diferencial y del estadístico, un par de milenios antes de ser descubiertos por la ciencia moderna.
Tal vez nunca valoremos lo suficiente todo lo que se perdió en la Biblioteca de Alejandría. Menos mal que algunos textos se van recuperando, pero el avance de la humanidad sufrió siglos de retraso.
Estos textos ocultos, los palimpsestos, son una tenue esperanza de recuperar algunos de los textos clásicos de los que la desidia o las llamas de los primeros siglos de cristianismo nos privaron.
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Leí un libro con la historia hace unos años, creo que se titulaba "El Código Arquímedes". La historia es apasionante (no puedo ver este vídeo porque mi conexión mierdimóvil dimitiría en el intento)). Pero supongo que hablará de los contenidos excepcionales que conocía Arquímedes. Recuerdo que se mencionaban las bases del cálculo diferencial y del estadístico, un par de milenios antes de ser descubiertos por la ciencia moderna.
Tal vez nunca valoremos lo suficiente todo lo que se perdió en la Biblioteca de Alejandría. Menos mal que algunos textos se van recuperando, pero el avance de la humanidad sufrió siglos de retraso.
Pregunta Rajoy que si lo puede enseñar el.
Estos textos ocultos, los palimpsestos, son una tenue esperanza de recuperar algunos de los textos clásicos de los que la desidia o las llamas de los primeros siglos de cristianismo nos privaron.