Si no puedes con ellos, déjales que pinten, pero con control. Es lo que ha debido pensar el Ayuntamiento de Salamanca, que ha anunciado que permitirá los grafitis en las paredes de la ciudad, siempre que se cuente con un permiso municipal y los grafiteros se saquen un carné para pintar en la calle. El proceso es bastante burocrático: el grafitero debe seleccionar un muro, hacerle una foto y enviársela, junto con un boceto del dibujo, a la Concejalía de Juventud. Si la pared es privada, deberá adjuntar además una autorización del propietario.
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