Los españoles hemos inventado Pago-Móvil y Móvil-Pago que se acabaron fusionando en Mobipay (con un éxito menor de lo esperado tras 5 años de funcionamiento). Mientras, La Caixa tiene Caixa-Móvil y ahora el Banco de Sabadell parece que está probando este nuevo sistema de Nilutesa y Cestel. ¿Será de verdad el proyecto que haga del móvil la llave al cajero automático?
Cuanto más dinero muevan estas tecnologías, que por diseño son débiles, más jugoso será el pastel para las mafias tecnológicas y con el agravante de ¿cómo nos podemos defender los usuarios, en su mayoría legos en la materia, en el caso de que tengamos un problema?. Yo como están las cosas no me fío.
A excepción de sacar dinero, hace tiempo que yo opero desde mi móvil... hasta le hago recargas (es prepago) desde él mismo cuando se me está quedando sin saldo (Apenas gasto un par de céntimos por navegar para hacer la recarga).
Para hacer transferencias, recargas y alguna cosilla más tienes que ir a tu oficina y firmar un papel o dos. Vale la pena, es lo más útil que he visto en mucho tiempo.
Yo tengo una tarjetita con números secretos que me tendrían que robar físicamente para hacer cualquier tipo de operación monetaria (no hace falta si sólo quieres hacer consultas).
En caso de robo, por supuesto, llamadita al banco y te cambian los números.
Comentarios
Pues bueno, ¿estamos ante otro caso de comodidad frente a seguridad?.
http://www.kriptopolis.org/node/495
Cuanto más dinero muevan estas tecnologías, que por diseño son débiles, más jugoso será el pastel para las mafias tecnológicas y con el agravante de ¿cómo nos podemos defender los usuarios, en su mayoría legos en la materia, en el caso de que tengamos un problema?. Yo como están las cosas no me fío.
A excepción de sacar dinero, hace tiempo que yo opero desde mi móvil... hasta le hago recargas (es prepago) desde él mismo cuando se me está quedando sin saldo
(Apenas gasto un par de céntimos por navegar para hacer la recarga).
Para hacer transferencias, recargas y alguna cosilla más tienes que ir a tu oficina y firmar un papel o dos. Vale la pena, es lo más útil que he visto en mucho tiempo.
Yo tengo una tarjetita con números secretos que me tendrían que robar físicamente para hacer cualquier tipo de operación monetaria (no hace falta si sólo quieres hacer consultas).
En caso de robo, por supuesto, llamadita al banco y te cambian los números.
El futuro del pago con el móvil vendrá de la mano del RFID y el NFC (Near field communications)
Desde luego, siempre se sacrifica la seguridad a la comodidad. La única solución es hacer cómoda la seguridad.