Los ciudadanos de los países socialistas de Europa central y oriental apenas poseían riqueza privada, sin embargo, si se capitaliza el hecho de que a través del Estado tenían materialmente garantizado un acceso gratuito y universal a la vivienda, empleo, educación y asistencia sanitaria, además de pensiones y otros servicios sociales, obtendríamos el cálculo de que cada ciudadano de dichos paises contaba con una seguridad económica equivalente al de un millonario de Estados Unidos, siempre que no equiparemos el poder adquisitivo de consumo.