Cuando preparamos un pan en casa, queremos que resulte sabroso, aromático, con buena miga, corteza gruesa y crujiente, muy crujiente, y claro que tenga un aspecto bonito. Todo eso supone práctica, no voy a negároslo, pero hay una forma de atajar gran parte de esos logros. ¿Cómo? Con el horneado en nuestra cocotte de hierro "Le Creuset".