Lo más barato es irte al pueblo a casa de tus padres, como se ha hecho toda la vida de Dios. Comida y alojamiento gratis, los chiquillos dándole por el culo a los abuelos y tú con los colegas en el bar.
Eso sí son vacaciones de verdad. No las cambies por nada.
Yo siempre que leo este mismo titular repito lo mismo: estamos actuando como si las generaciones precedentes se pasasen el día paseando por la calle y muchos iban de casa al trabajo, del trabajo a casa y de casa al bar, generalmente en coche. Hace 30 años si veías a uno corriendo por la calle seguramente fuese porque perdía el tren, los gimnasios no estaban hasta arriba de gente mañana y tarde, y no había 27 carreras populares por provincia al día. Lo de la dieta siempre lo he comprado, pero lo del sedentarismo a mí me suena a algo que ha quedado a fuerza de repetirse.
Eso sí son vacaciones de verdad. No las cambies por nada.