Fue en 1985, cuando Capcom nos regaló aquel reto al que pocos llegaron al final: Ghosts 'n Goblins, o como lo conocían en Japón, Makaimura. Este juego no solo nos metía de cabeza en un mundo oscuro y lleno de zombis, demonios y todo tipo de bichos infernales, sino que también ponía a prueba nuestra paciencia y reflejos como ningún otro (...) Y por si fuera poco el juego le suelta: "Bien hecho, ahora hazlo todo otra vez para ver el final verdadero". Así que su misión no solo era heroica, también era doblemente cruel.