Durante décadas, Estados Unidos defendió el libre mercado y la competencia leal, hasta que dejó de tener la ventaja. Hoy en día, oligarcas como Peter Thiel, figura clave en el aparato de seguridad estadounidense y fundador de Palantir, el gigante de la vigilancia y la elaboración de perfiles financiado con dinero de los contribuyentes y creado con el respaldo de la CIA, afirman que la competencia es «mala para los negocios». El «compromiso» de Washington con el libre mercado siempre ha sido de boquilla.