El bofetón que despertó a medio continente europeo llegó cuando Microsoft, por orden de Donald Trump, decidió desconectar la cuenta de correo del fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional, el británico Karim Khan, tras ser sancionado en una de las ya características rabietas de Washington. La imagen de una empresa estadounidense obedeciendo sin rechistar a los caprichos de un presidente impredecible, inestable y con aires de matón baboso puso en evidencia lo que muchos llevábamos tiempo advirtiendo: la infraestructura digital europea está...