"Así que la próxima vez que te vengan con "el pueblo salva al pueblo", no te quedes en la superficie. La solidaridad comunitaria es buena, pero cuando mi madre tuvo cáncer no la operaba su vecino. Esa fuerza comunitaria, aunque valiosa, no asegura continuidad, ni equidad, ni universalidad, porque depende de la voluntad privada. Solo lo público convierte la solidaridad en derecho: la sanidad, la educación, las pensiones, la vivienda o el empleo no dependen de las buenas intenciones, sino de instituciones y políticas conquistadas colectivamente."