Leo en El País que, de madrugada, antes de que salga el sol, Madrid y Barcelona se llenan, como nunca antes, de personas haciendo running. Las luces de los gimnasios 24 horas, que surgen como setas, centellean en el silencio de una noche a la que aún le quedan horas. Entreprenneurs y criptolais sudan la gota gorda y alimentan sus ojeras con zumos orgánicos y bebidas energéticas. Es el FOMO, que se describía por primera vez, hace más de quince años, así: "Miedo a perderse un acontecimiento emocionante e interesante y el …