Tras más de un año eludiendo a la Justicia, Candy ha dormido en la cárcel Sevilla I. Después de estar dos días en el módulo de ingreso de la prisión, se le llevó al módulo destinado a mujeres y horas después fue cambiado a uno de respeto para hombres, en el que se encuentran presos «de confianza», internos de más edad o agresores sexuales de perfil bajo. Nada le impedía acercarse al pueblo de la víctima: cuando se cambió el sexo del Registro Civil, dejó de tener vigor cualquier orden de alejamiento basada en la Ley de Violencia de Género.
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Estoy hay que arreglarlo. Si alguien tiene una orden de alejamiento, no puede ser que decaiga por algo así. La persona sigue siendo la misma.
Menudo puto facha.