Vivimos en un tiempo en el que los problemas sociales no son vistos como desafíos que requieren solución, sino como activos estratégicos en el tablero del poder. La política actual no se construye sobre la base de resolver problemas, sino sobre la capacidad de gestionarlos simbólicamente, explotarlos electoralmente y prolongarlos estructuralmente. Así, lejos de ser corregidas, las grandes fracturas sociales —la pobreza, la violencia, la desigualdad, la crisis institucional o el colapso ambiental— son administradas con esmero, alimentadas con di
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etiquetas: política , problemas sociales , poder , cambio estructural
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Amigo, eso es la revolución.
Aún así, a mí me parece que subestima lo inmune a la razón que es la masa.
Leí por ahí que el 80% de los conductores creían conducir mejor que la media. Eso dice mucho de la auto-percepción de las capacidades propias.
Como resultado: gente que defiende eslóganes solamente por tribalismo, y da igual lo mucho que les demuestres que están equivocados, no van a salir de su enroque.
No sé si esto tiene solución. China lo ha arreglado con un autoritarismo que parece que les funciona como sociedad. En algunos aspectos parece que es mejor solución que el cortoplacismo de las democracias occidentales.