En la guerra de 1967, Alemania Occidental se vio a sí misma marchando junto a los tanques israelíes. Incluso los antiguos nazis podían identificarse con el expansionismo israelí y utilizaron este apoyo para absolver su propio pasado. Israel era visto como un poder militarista inspirador, que Alemania debía emular. Más de mil alemanes occidentales preguntaron en la embajada israelí si podían convertirse en soldados israelíes, incluido el escritor Günter Grass, anteriormente miembro de las Waffen-SS.
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El concepto nace de la paradoja que ocurre cuando los alemanes aceptan la responsabilidad de una culpa mayor de la que jamás habían tenido que aceptar por los crímenes del Tercer Reich y al hacerlo consiguen una superioridad moral y un blanquinegrismo moral llevado al absurdo. El mismo absurdo que lleva a detener a unos cuantos judios alemanes y extranjeros por protestar contra las políticas de Israel en Alemania.
Los medios de comunicación también se sumaron al coro, y el ministro de Asuntos Exteriores israelí agradeció a la «prensa, la radio y la televisión alemanas por haberse puesto de nuestro lado en cada fase del conflicto». Der Spiegel habló de la «guerra relámpago de Israel» y describió con entusiasmo a los soldados de las FDI sosteniendo que eran «vencedores como Rommel». El Rheinische Post descubrió en Moshe Dayan al «alumno» de Erwin Rommel ya que, en su opinión, las victorias israelíes reforzaban la conciencia alemana. El Berliner Zeitung habló de la «victoria total» de Israel.
El comandante supremo aliado en Europa en 1951, Dwight D. Eisenhower, reconoció que se había equivocado al equiparar a la Wehrmacht con los nazis, afirmando que «el soldado alemán luchó con valentía y honor por su patria». Su sucesor ordenó en 1953 que se indultara a todos los oficiales alemanes acusados de crímenes de guerra en Europa del Este, con el fin de crear un mejor baluarte antisoviético.… » ver todo el comentario
Equipados con armas y dinero alemanes, los tanques israelíes pudieron entrar en el Sinaí, los Altos del Golán y Cisjordania tras la victoria de Israel en la guerra de 1967 contra Egipto, Jordania y Siria, y los alemanes se vieron a sí mismos ganando las batallas que Adolf Hitler había perdido.
El autor de este envío no sólo es capaz de leer mentes, sino que también tiene una máquina del tiempo que la he permitido volver a 1967, para ver que pensaban los alemanes.
¡Qué jodida basura, por Dios!