Quienes se dedican a la cocina —en casa, en el trabajo o en su negocio—, saben lo valioso que puede llegar a ser un juego de ollas y sartenes. El uso diario suele acabar con ellas en menos tiempo de lo que uno espera. Un día les tomas foto para tus redes sociales y al otro, de pronto, están camino a la “clínica de ollas” del mercado más cercano, o peor, terminan en el tacho. Ciertamente, nadie puede revertir el inclemente paso de tiempo y del fuego, pero podemos paliar sus efectos en nuestros enseres queridos.
Comentarios
Prefiero limpiarlos con agua.
¿Y antes de esta explicacion con que los limpiaban?
De verdad? Es en serio? Una explicación para fregar... Madre mía como esta el panorama si tienes que leerte un artículo para aprender semejante tarea.
Y si lo leí, nada nuevo bajo el sol, echas jabón en la esponja y frotas.
#2 No has llegado a lo del bicarbonato, ¿eh?
#3 es que nunca llegue a tener las sartenes tan guarras...
¿Pero qué mierda es esta en Actualidad?