Las obras están paradas desde 2011 tras haber consumido en una primera fase sin continuidad más del 90% del presupuesto. La mancomunidad creada para gestionar el proyecto, diseñado para fomentar el regadío como alternativa al declive del carbón en cinco pueblos de Teruel, ni siquiera llegó a hacer el inventario de lo ya construido. No acabar las obras supondría haber dilapidado más del 6% de los fondos públicos movilizados en dos décadas a través del Plan MINER. “Diecisiete años más tarde e invertidos 25 millones de euros, el proyecto más ambi
Comentarios
Espero que las constructoras hayan cobrado lo suyo y hayan podido hacer frente a las comisiones correspondientes... Pobrecicas
#1 ...sobre todo que los políticos y constructores no pasen hambre...
Solo una cosa diré: obras hidráulicas en España.
Uno de los mayores coladeros de dinero público y gestionado de la forma más inepta imaginable.
¿Han probado a llevarla en bolsas de basura?