Gisèle Pelicot, que encarna la lucha contra la violencia sexual contra las mujeres, ha sido distinguida con la Legión de Honor, la más alta condecoración en Francia, para el 14 de julio, día de la Fiesta Nacional. Por pura supervivencia se convirtió a sus 72 años en un icono feminista, por alzar la voz y seguir con vida, tras pensar en el suicidio al descubrir las 200 violaciones por sumisión química que sufrió por una década. Por la dignidad mostrada en todo el juicio, que ella pidió que fuese público, «para que la vergüenza cambie de bando».
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Nunca he entendido eso de condecorar a alguien por ser una víctima. Las víctimas necesitan resarcimiento (cuando sea posible) y justicia. Las condecoraciones son para recompensar los méritos, y ser víctima de algo no constituye un mérito.
Lo que se consigue con esto es, por un lado, trivializar el significado de la Legión de Honor, y por otro, dar lustre a políticos oportunistas.
Espero no tener que enfrascarme a continuación en extenuantes y estériles debates sobre si tengo algo en contra de Pelicot y otras micciones fuera de recipiente.
Pero tampoco me hagas mucho caso, que tampoco tiene mayor importancia.
C/C #2.
Pero este caso me parece distinto. En gran parte se lo dan por haberle echado un par de ovarios y pedir que el juicio fuese público, para así luchar por esa causa. Creo que poca gente sería capaz de hacer eso. Es precisamente lo que resalta la última frase de la… » ver todo el comentario
En España sin ir más lejos se lo dan a vírgenes y otros seres imaginarios, por ejemplo.
¡AAAJJJJ…! Ese es el mejor ejemplo que se puede poner de lo que es banalizar una condecoración. Contra eso hay que luchar, no normalizarlo.
Hoy en día equivale al doble grado de derecho y ade cuando tu padre tiene una empresa.
No sabía que tener buena o mala suerte fuera un mérito extraordinario.