La energía eólica resulta accesible, adaptable, cercana. Limpia y barata, puede ser considerada, junto a la solar, la más democrática de todas las fuentes de energía eléctrica por sus capacidades de descentralización, de autogestión, de sostenibilidad y de eficiencia. En manos del oligopolio eléctrico, centralizada en grandes focos de producción cuya energía ha de ser transportada, ha devenido en cambio en un inmenso mercado virtualmente idéntico, en forma y fondo, al organizado en torno al resto de renovables.
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El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico ha decidido suspender los nuevos proyectos de eólica marina
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verdeyazul.diarioinformacion.comAunque el 99,9 % ciento sea renovable, no bajará la electricidad con el sistema actual de subastas regulado para el oligopolio. Sólo minorará el precio lo que podamos instalarnos en nuestra casa para nuestro autoconsumo.
Todo huele a burbuja de la eólica y fotovoltaica.
En Aragón hay planes para inundar el territorio de molinos y placas. Y no están detrás las hermanitas de la caridad precisamente sino los caciques de toda la vida que compran terreno de páramo turolense a precio de saldo y sacan réditos de mina de oro.
Podría tener cada ayuntamiento, urbanización o comunidad de vecinos su propio parque eólico o solar pero lo que manda es el feudalismo económico (so chantaje de Villarejo o puerta giratoria).
Los parques se montan en Extremadura, Galicia o Asturias, la energía facturada genera PIB en Madrid, y los beneficios tributan en las islas Caimán. No veo que el sistema funcione tan mal