La suspensión del festejo que debía celebrarse este martes asesta la que puede ser estocada definitiva para la continuidad de un torneo taurino que hunde sus raíces en el siglo XIV. El fin del sacrificio en el campo del Toro de la Vega ha sido «la punta del iceberg» que ha acabado con otras fiestas como el toro embolado (antorchas en los cuernos) de Fuentelapeña (Zamora) o el toro embolado de Astudillo (Palencia).
Acorralar a un animal entre cientos de personas para matarle a lanzazos sólo le puede gustar a gente sádica que tiene algo en la cabeza que no funciona bien
Comentarios
Acorralar a un animal entre cientos de personas para matarle a lanzazos sólo le puede gustar a gente sádica que tiene algo en la cabeza que no funciona bien
#2 Psicópatas.
#2 jamás lo entenderé
No todo lo del siglo XIV tiene que llegar a nuestros días. Hemos EVOLUCIONADO.
Tb le pegabamos a las mujeres, enseñabamos la letra con sangre y hacíamos esclavos al más pintado.... Bueno es superar tradiciones.
Se podrían inventar una tortura nueva para sustituir esta costumbre centenaria.
Pues yo me alegro, una "tradición" menos.