Hace 6 años | Por --546793-- a nytimes.com
Publicado hace 6 años por --546793-- a nytimes.com

Las conversaciones en el Foro Económico Mundial no solo giran alrededor de enriquecer al uno por ciento más acaudalado, sino también de cómo ayudar al 99 por ciento restante. Es hora de que las empresas pasen del dicho al hecho.

Comentarios

pkreuzt

Si. Siguiente pregunta. . .

themarquesito

No, hombre, no. También tiene que ver con la avaricia.

Socavador

#2 Y con el despotismo.

xanbaldaio

Citan a ejemplos de empresas con modelos supuestamente màs sostenibles. Aún así habría que indagar más profundamente. Existe también la mercantilización y el "tongo" en el terreno de las iniciativas que dicen introducir Principios o valores éticos, sociales y sostenibles en la actvidad empresarial.
Gracias por compartir!

D

En un mundo global donde una empresa externaliza sus beneficios para abrir en cualquier país que le resulte más rentable, es básico tener unos sindicatos incorruptibles . Cómo éste no es el caso de España, cuyos representantes se sientan en la misma mesa que el dueño de los empresarios y el presidente del país, pues toca aguantar lo que salga. El resultado esta a la vista, una brecha salarial que conduce a dos clases bien diferenciadas de rentas, las pobres y las ricas, excluyendo las intermedias que quedan relegadas solo al sector público.

D

La codicia no es mala por sí misma: puede ser bueno que aspires a grandes cosas en la vida si estás dispuesto a conseguirlo debidamente con tu trabajo y esfuerzo.

El problema no es que la codicia esté presente en el mundo de los negocios, el problema es que en el mundo de los negocios todo tenga que ver con LA CORRUPCIÓN, es decir: no solo eres codicioso, sino que aspiras a conseguir tu riqueza robándola del trabajo ajeno, aprovechando las posibilidades que te ofrece tu alto cargo.

D

#4 Codicia y ambición no son intercambiables. Mientras que el término ambición es neutro e incluso en ciertos contextos tiene una connotación positiva no ocurre lo mismo con el término codicia, que sí es intercambiable con el término avaricia y tienen ambos una connotación negativa por el exceso y no tener el codicioso un fin en la acumulación de posesiones más allá de la mera posesión misma. Y esto es independiente de los perjuicios que se le hagan a otro. Es un concepto moral propio pero no exclusivo del cristianismo.