¿Recuerdan el cuento de la lechera? Que iba toda feliz a vender su cántaro de leche al mercado mientras hacia planes sobre como aumentar sus beneficios. Pues cuando pienso en mi hipoteca a 35 años, me acuerdo del cuento de la lechera, y lo peor de todo es que no se si soy la lechera o el cántaro de leche que al final se rompe. Esto de las hipotecas, es como la mili, que se acuerda uno de las anéctotas a toro pasado y hasta nos parecen graciosas. La primera hipoteca la firmé con 30 años. Tarde, como la mayoría de mi generación.
Comentarios
muy bueno el corto, no lo conocía. pura lógica
tanto va el cántaro a la fuente...
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