Hace 15 años | Por --110749-- a gaceta.es
Publicado hace 15 años por --110749-- a gaceta.es

Ignacio Sánchez Cámara, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de La Coruña e importante investigador aclara un poco más los contras de Bolonia: "Uno de los aspectos que más me preocupa de la reforma universitaria europea, es decir, de Bolonia, es la vinculación excesiva de la Universidad con el mundo empresarial y laboral. Y no creo encontrarme muy acompañado en esta preocupación".

Comentarios

juvenal

Profesor universitario viviendo muy bien en "su torre de márfil"

D

Del artículo: "Las realidades más valiosas tienen en su inutilidad la prueba más elocuente de su nobleza. En realidad, más que ser inútiles, valen en sí y por sí mismas. Y no tienen que justificarse ante el tribunal de la utilidad. Por lo demás, casi siempre lo inútil termina por ser lo más eficaz para transformar la realidad humana. Nada hay más revolucionario, en el buen sentido de la palabra, si es que aún lo conserva, que la pura contemplación."

Lo que pone de manifiesto que ni #1 ni #3 han entendido nada.

t

Puede ser algo terrible que las empresas se interesen por las carreras científico-técnicas, ¡terrible y crudelérrima perspectiva!
Dios nos guarde de que algo así ocurra y las empresas decidan invertir en la universidad en programas de formación, cátedras, institutos de investigación, etc con el único afán del repugnante lucro.

Además que todo el mundo sabe que los que estudian carreras científico-técnicas no desean trabajar para empresa alguna sino vivir del aire y tener una formación lo más alejada del mundo práctico y real posible.

Sería horrible que no nos enseñasen en la universidad nada relacionado con el mundo de la empresa privada y que pueda beneficiarnos de cara a entrar en el mundo laboral.

Totalmente de acuerdo con #1.

D

Es una pena que se preste tan poca atención a las voces que se manifiestan en contra de Bolonia. Son voces respetables y consecuentes, pero el poder (y la oposición) las callan sin reparo. Enhorabuena a los estudiantes que todavía hoy, cuando ya no hay marcha atrás, siguen reivindicando su derecho a una universidad libre y sin privatizaciones.