En los tiempos que corren, maltratar a un cliente puede acarrear muy mala publicidad. [C&P]Después de ver que esto viene de lejos quien quiera ir es libre de querer ser apaleado, y quien realmente quiera disfrutar de la mesa y la compañía sabe que Barcelona está repleta de restaurantes donde conseguirlo.
#2 No sé tú, pero yo, cuando pago, exijo que me den lo que pido... si el camarero no nos da otra mesa porque simplemente no le sale de los huevos (si es porque realmente no hay más, pues no hay más remedio), pierde a un cliente. Es así de simple. He sido tonto y he agachado la cabeza demasiado tiempo, y desde hace bastante ya no me la meten en ningún sitio.
#2 ya puede ser porque no te guste la mesa o por lo que sea. Si tú pides la hoja de reclamaciones te la tienen que dar y punto. Es la ley y si no se cumple tienes derecho a llamar a las autoridades a que hagan que se cumpla. Faltaría más.
Entré a pedir mesa para dos, yo, mis pelos largos y mi chupa de cuero, para el día siguiente. Me indicaron que estaba todo reservado.
Le dije a mi acompañante, que esperaba fuera, que entrara sola para hacer la misma petición. Salió de allí con la mesa reservada, y al día siguiente por primera y última vez yo, los pelos y mi chupa cenábamos en aquel "adorable" lugar.
#6 ¡Joder, por un comentario ya me has analizado y sabes cómo me comporto allá donde voy!
Pues te equivocas, para empezar he trabajado mucho tiempo en hostelería y sé lo que es un cliente cabrón, y evito serlo. Pero una cosa no quita la otra, y no cuesta absolutamente nada cambiar de mesa cuando la sala aún está vacía, sobretodo para sólo cuatro personas, y encima si te lo piden con educación. Y no le cuesta nada tampoco al jefe de sala ser mínimamente educado aunque sea para decir que no puede ser por el motivo que sea. Pero es simplemente patético ir a un restaurante y verte a los típicos camareros con aires de superioridad y que parece que vayan perdonándote la vida por dejarte comer en su local... Yo si voy a un sitio y me tratan bien, jamás monto pollos, pero si son unos sobrados no me vuelven a ver. El trato al cliente es básico si quieres mantener una clientela.
Como ejemplo aún recuerdo un sitio que fui a comer de menú porque tuve que ir a un cliente... la comida era mala de narices, y el local era bastante cutrecillo... pero le deje propina a la mujer que lo llevaba porque a la pobre mujer se le notaba interés por ver si todo era de mi agrado y si me había gustado la comida... pues por mucho que no me gustara, era de agradecer el buen trato y evidentemente le dije que todo muy bueno.
Así que sí, sé comportarme adecuadamente según la situación, y te aseguro que en la situación de ese japonés habría sido más cabrón, pero porque ellos se lo habrían buscado.
#3 Mira, por mucho que pagues ni tú ni nadie, en las reservas muchas veces no puedes elegir la mesa que te de la gana.
Es que hay que ser crío para entrar en un restaurante e ir llorando que no te gusta esta mesa que quieres la otra. Pues igual resulta que el pobre hombre se ha tirado media hora cuadrando los grupos de la comida, y cuándo llega el listo de turno quiere ponerse en otro sitio.
Tú debes ser de esos "clientes" que van liando pollos gratuitos allá donde va, a ver si te crees que pagar te da derechos infinitos, hay que tener menos soberbia porque a los que van en ese plan les llenan la sopa de escupitajos (y no es coña)
Comentarios
#2 No sé tú, pero yo, cuando pago, exijo que me den lo que pido... si el camarero no nos da otra mesa porque simplemente no le sale de los huevos (si es porque realmente no hay más, pues no hay más remedio), pierde a un cliente. Es así de simple. He sido tonto y he agachado la cabeza demasiado tiempo, y desde hace bastante ya no me la meten en ningún sitio.
#2 ya puede ser porque no te guste la mesa o por lo que sea. Si tú pides la hoja de reclamaciones te la tienen que dar y punto. Es la ley y si no se cumple tienes derecho a llamar a las autoridades a que hagan que se cumpla. Faltaría más.
Joder, veo que encima me queda cerca de donde trabajo... menos mal que no he ido, que conociéndome, me hacen lo mismo y la lío bien liada...
Entré a pedir mesa para dos, yo, mis pelos largos y mi chupa de cuero, para el día siguiente. Me indicaron que estaba todo reservado.
Le dije a mi acompañante, que esperaba fuera, que entrara sola para hacer la misma petición. Salió de allí con la mesa reservada, y al día siguiente por primera y última vez yo, los pelos y mi chupa cenábamos en aquel "adorable" lugar.
#6 ¡Joder, por un comentario ya me has analizado y sabes cómo me comporto allá donde voy!
Pues te equivocas, para empezar he trabajado mucho tiempo en hostelería y sé lo que es un cliente cabrón, y evito serlo. Pero una cosa no quita la otra, y no cuesta absolutamente nada cambiar de mesa cuando la sala aún está vacía, sobretodo para sólo cuatro personas, y encima si te lo piden con educación. Y no le cuesta nada tampoco al jefe de sala ser mínimamente educado aunque sea para decir que no puede ser por el motivo que sea. Pero es simplemente patético ir a un restaurante y verte a los típicos camareros con aires de superioridad y que parece que vayan perdonándote la vida por dejarte comer en su local... Yo si voy a un sitio y me tratan bien, jamás monto pollos, pero si son unos sobrados no me vuelven a ver. El trato al cliente es básico si quieres mantener una clientela.
Como ejemplo aún recuerdo un sitio que fui a comer de menú porque tuve que ir a un cliente... la comida era mala de narices, y el local era bastante cutrecillo... pero le deje propina a la mujer que lo llevaba porque a la pobre mujer se le notaba interés por ver si todo era de mi agrado y si me había gustado la comida... pues por mucho que no me gustara, era de agradecer el buen trato y evidentemente le dije que todo muy bueno.
Así que sí, sé comportarme adecuadamente según la situación, y te aseguro que en la situación de ese japonés habría sido más cabrón, pero porque ellos se lo habrían buscado.
#3 Mira, por mucho que pagues ni tú ni nadie, en las reservas muchas veces no puedes elegir la mesa que te de la gana.
Es que hay que ser crío para entrar en un restaurante e ir llorando que no te gusta esta mesa que quieres la otra. Pues igual resulta que el pobre hombre se ha tirado media hora cuadrando los grupos de la comida, y cuándo llega el listo de turno quiere ponerse en otro sitio.
Tú debes ser de esos "clientes" que van liando pollos gratuitos allá donde va, a ver si te crees que pagar te da derechos infinitos, hay que tener menos soberbia porque a los que van en ese plan les llenan la sopa de escupitajos (y no es coña)
El estilo de redacción es odioso, de lo peor (se apoderó de mi Mr. Calma, llamé a Sujeto).
Y todo esto porque a la infantiloide de turno no le gusta la mesa que les han dado... no me gusta esta mesa, me están maltratando...