Hace 11 años | Por CeliaGomezCruz a youtube.com
Publicado hace 11 años por CeliaGomezCruz a youtube.com

Documento histórico transcendental para comprender la actual situación institucional de España, como una monarquía católica corrupta, desconocido para el gran público. Minuto 0:52 Manuel Fraga. Era una fría mañana del 28 de febrero de 1961, cuando el régimen militar fascista español se disponía a escenificar una astracanada esperpéntica en la basílica del monasterio de San Lorenzo de El Escorial en la sierra madrileña, para intentar congraciarse con las potencias internacionales, singularmente con los Estaros Unidos de América, reuniendo a...

Comentarios

Baquiario

#3 Ya no hay rotativas. Ahora es todo digital...

sxc

#6 Pues que le den al Escape

tusitala

#6 Tampoco hay cadena en el vater y la gente sigue diciendo que tira de la cadena.

Baquiario

#9 Tienes toda la razón. A partir de ahora le diré a mis hijos que "opriman el pulsador".

J

Irrelevante, siguiente.

sixbillion

Si Juan Carlos se crió con Franco (de ahí su enemistad con su padre), lo de menos es que acudieran juntos a una misa...

noloquiero

¿El que ha buscado este "Documento histórico transcendental" a qué escuela fue?, ¿no le enseñaron la historia reciente de España?.

C

Documento histórico transcendental para comprender la actual situación institucional de España, como una monarquía católica corrupta, desconocido para el gran público. Minuto 0:52 Manuel Fraga.

Era una fría mañana del 28 de febrero de 1961, cuando el régimen militar fascista español se disponía a escenificar una astracanada esperpéntica en la basílica del monasterio de San Lorenzo de El Escorial en la sierra madrileña, para intentar congraciarse con las potencias internacionales, singularmente con los Estaros Unidos de América, reuniendo a todo su aparato fascista, incluidos los gerifaltes de las Cortes, de la Justicia y la burocracia estamental sindical y de la Administración del Estado. La nueva ocurrencia de los capitostes de la dictadura ibérica era mostrar por doquier un fervoroso ímpetu monárquico, no sólo del último reyezuelo que había reinado hasta su expulsión y huida de España -Alfonso Borbón-, cuyo vigésimo aniversario de su muerte se utilizaba de modo oportunista, sino de toda la dinastía histórica. La razón de semejante astracanada venía impuesta por las exigencias de USA -que estaba poniendo muchos millones de dólares en el suelo ibérico-, en el sentido de que el régimen tenía que encontrar una salida institucional más o menos decente, una vez superados los primeros años tras el golpe de Estado que le llevó a ocupar el poder por la fuerza de las armas. Desde fuera se veía como un esperpento ridículo a un régimen que se autodefinía en sus leyes orgánicas como un reino, pero que carecía de rey, que tenía como jefe del Estado a un militar que se autoproclamaba unas veces como caudillo, otras como su excelencia el jefe del Estado y otras como generalísimo de los ejércitos nacionales, un régimen que postulaba una suerte de batiburrillo de principios de un denominado Movimiento Nacional, que en realidad era un partido único de corte fascista, defensor de una cosa rarísima que ellos definían como democracia orgánica, basada en la representación por gremios estamentales, como el sindicato vertical, la familia o el municipio, pero que negaba las más elementales libertades y derechos fundamentales de la persona, como la libertad de expresión, la libertad ideológica, religiosa, de cátedra, el pluralismo político o la libertad de prensa e imprenta, entre otras. De manera que, desde los USA se empezó a urgir al régimen para que fuera normalizando y fijando una línea clara sobre la forma institucional del régimen, abandonando las solemnes ridiculeces sobre las que se basaba todo su tinglado corporativista, a medio camino entre el fascismo musoliniano y un tradicionalismo imperial hispánico, de carácter paranoico, que pretendía remontarse nada menos que a la época medieval de los Reyes Católicos, cuando no a los gestos del Imperio Romano, como las centurias, el exhibicionismo imperial de opereta y los saludos marciales.

En este contexto, el régimen decide apostar por recuperar la monarquía de los Borbones, reinstaurando una nueva línea dinástica, cuya cabeza era precisamente el dictador Francisco Franco, en la inteligencia de retornar a una forma política del Estado como monarquía, que ya se vería en el futuro cómo podría articularse, siempre que se garantizara el sistema corrupto de castas y las relaciones de poder económico tradicionales del caciquismo español (que es, por cierto, la actual situación del régimen español), así como los privilegios de la iglesia católica.

Asesorados por los viejos monárquicos y bajo la tutela permanente en la sombra de los USA, los franquistas organizan simultáneamente tres operetas: la de El Escorial, que vemos en el vídeo, la de Barcelona en la iglesia de La Merced, a cargo del capitán general de Cataluña y de su esposa la marquesa de Villatorcas (amigos íntimos de los Franco) y la de Sevilla en la capilla real de la catedral hispalense. También el conde de Mayalde -a la sazón cacique de la alcaldía de Madrid-, presidió otro acto similar.

Había que dar la impresión de ser los más monárquicos de la Historia, obligando al presidente de las Cortes, Esteban Bilbao -que había sido muy agresivo y beligerante con USA durante el aislacionismo del régimen en Naciones Unidas-, a encabezar la comitiva de recepción del dictador militar y de toda su camarilla. Así, en la astracanada de El Escorial, llevaron al títere del régimen, Juan Carlos Borbón ostentando la representación -decía la propaganda del régimen- de su padre el conde de Barcelona, algo completamente ridículo porque el padre de Juan Carlos no era nadie, sus títulos carecían de auténtica virtualidad jurídica porque fueron desposeídos por sentencia de las Cortes de la República española, aparte de ser un golfo que vivía un exilio dorado fuera de España, disfrutando de la fortuna robada a los españoles por su padre, a la espera de que le tocara el chollo de ser rey sin dar un palo al agua.

filosofo

Menos mal que pone el "dictador Franco", que de otra forma no me enteraba cómo gobernó. Para otra que pongan el dictador fascista enano con voz de marica. O se hacen precisos del todo o tendenciosos del todo.

a

hijos de puta, me cago en su estampa

L

El Rey o el Príncipe?
Juan Carlos aún no era Rey.

Amalfi

La monarquía fue impuesta por franco como una disposición para el transito hacia la democracia sino ya tenía un plan b de una persona elegida por el para sustituirle y seguir con el régimen, pero la monarquía se pensó para un tiempo transitorio, es decir, hasta que la democracia estuviese asentada, pero con el intento del golpe de estado de Tejero las cosas cambiaron, y es lo único que ha hecho bien hasta ahora, por lo tanto para que queremos una monarquía que no sirve para, nada y encima pagándolos todos.