Un reloj de pared marca las seis de la tarde. Le acompaña, a su lado, un cuadro con un cristo crucificado que pretende emanar paz. Y a un extremo, un grafiti de una bola del mundo, feliz, con ojos y cara de sonrisa superpuesta, muy cerca físicamente pero muy alejada de la triste realidad. Tres protagonistas y decenas de gatos.
Comentarios
Con el alcalde de Valladolid, mientras tanto, intentando aprobar una ordenanza que criminaliza gente en esta misma situación. Que ascazo, oigan.
Y miles de viviendas vacías en España... Para fliparla.
Le acompaña, a su lado, un cuadro con un cristo crucificado que pretende emanar paz.
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