Pasar de poseer cuarenta hoteles a tener sólo un jaboncillo. Éste es el resultado de una partida salvaje en la que sus protagonistas, cansados de una vida monótona y poco estimulante, se jugaron todas sus posesiones. El más perjudicado fue un conocido hotelero catalán, mecenas en su ramo, que perdió todos sus hoteles y sus casas, “menos un jaboncillo”, como repite insistentemente.
|
etiquetas: hoteleros , monopoly , jaboncillo , humor