Cuando alguien llama un domingo al portero automático y coges el telefonillo, lo primero que piensas es que algún desaprensivo ha aprovechado el festivo para repartir publicidad y hacerse unos cuartos extra a costa de la tranquilidad ajena, pero cuando abajo contestan que es la policía echas de menos al repartidor.
Y no es que tenga yo cuentas pendientes con la justicia, ni razones para temer que vengan a detenerme, pero la policía, un domingo y a las nueve y media de la mañana, no suele venir a devolverte un décimo de lotería premiado que has perdido por la calle.
Abrí dócilmente la puerta y esperé a que subieran a mi piso. Eran dos agentes, uno de pelo blanco y el otro casi un chaval al que el uniforme le sentaba como un disfraz. El más viejo me saludó, me preguntó si era Gonzalo Pozuelo, y cuando respondí afirmativamente me alargó sin más preámbulos la fotografía de una mujer muerta con el rostro tumefacto y bastante desfigurado.
—¿La conoce? —me preguntó después de unos segundos.
—No. Creo que no —respondí devolviéndole la foto.
—Llevaba su nombre y su dirección en la cartera —explicó el más joven.
Yo me encogí de hombros.
—Comprendan que así, en una fotografía como esa... —traté de justificarme.
El del pelo blanco parecía esperar esa respuesta, porque se agarró a ella de inmediato.
—Tenemos que pedirle que nos acompañe al depósito de cadáveres, por si pudiera identificar a la difunta.
Normalmente no hago planes para los domingos y dejo a la casualidad, al impulso o a la llamada de un amigo la decisión definitiva sobre a dónde ir o qué hacer; ese sistema de permitir a lo inesperado operar por su cuenta me había dado buen resultado durante muchos años, pero aquel día lo inesperado se estaba pasando de la raya.
—No nos llevará mucho tiempo —trató de animarme el del pelo cano.
—Antes de las once estará usted de vuelta —reforzó el otro.
No era cuestión de hacerse de rogar; había que ir, y punto, así que comprobé con tres palmetazos por mi anatomía que llevaba las llaves, la cartera y las gafas, y baje en el ascensor con los dos agentes.
Me subí al oche patrulla con una sensación extraña, como si me llevasen detenido por algún delito que ni siquiera podía imaginar, igual que Joseph K, el del proceso de Kafka. Los dos policías no hablaban entre sí y el silencio acentuaba mi aprehensión, así que acabé preguntando qué le había pasado a la mujer.
—Apareció muerta en una boca de metro. En Cruz del Rayo —explicó el más joven—. Le dieron una paliza y luego la apuñalaron con un cuchillo o alguna otra arma blanca.
Entonces, de pronto, caí en la cuenta de que si la mujer llevaba encima mi nombre y mi dirección, muy bien podían considerarme sospechoso
—Oigan, ¿no pensarán que he sido yo? —pregunté alarmado.
El del pelo blanco se echó a reír.
—Puede estar tranquilo. De vez en cuando aparece alguna rajada y tirada por ahí. Son ajustes de cuentas. Rencores. Clientes borrachos. El mundo de la prostitución barata. Ya me entiende...
Yo no entendía en absoluto, pero asentí de todos modos.
—¿Y no saben nada de ella? —pregunté por seguir la conversación.
—Le llamaban Carmilla, pero era un nombre de guerra. Nadie sabe cómo se llamaba en realidad ni de dónde era, ni si tenía parientes. Nada. Cuando tenía algo de dinero dormía en una pensión por la zona de Tirso de Molina, y cuando no en la calle, en el metro o en algún cajero automático.
—Vaya panorama —lamenté yo con un suspiro.
—Mendicidad, prostitución, drogas.... sólo faltaba meterse en política —remachó el policía sonriéndome con los ojos a través del espejo retrovisor.
Después de abandonar la parte más complicada de la ciudad conseguimos por fin acelerar. Los domingos por la mañana hay menos tráfico en Madrid que de costumbre, pero de todos modos tardamos al final más de media hora hasta el Instituto Anatómico Forense. El trayecto, aún así, no se dio mal: viajar en un coche patrulla no agiliza el tráfico ni te libra de los semáforos, pero por lo menos no te pita ni Dios.
Bajé del coche y seguí a los dos policías, que fueron abriéndose camino en el edificio con la destreza del que ha recorrido demasiadas veces unos pasillos que ni a fuerza de claridad y de amplitud conseguían dejar de ser siniestros.
De la sala donde tenían a la mujer sólo recuerdo las luces chillones, los brillos metálicos y el olor a alcohol y desinfectantes. Quizás olía también a tristeza, a silencio revenido, y mucho también a perplejidad, pero como todo el mundo sabe esos olores son casi imposibles de distinguir de los del formol y la lejía. La muerta estaba tapada con una sábana blanca y cuando estuve lo bastante cerca, un operario con bata verde descubrió su rostro.
—¿La conocía? —preguntó el policía del pelo blanco, con el mismo tono que había empleado cuando me enseñó la fotografía.
Yo traté de hacer coincidir sus rasgos con un catálogo difuso de amigos, conocidos, clientes y familiares lejanos, sin lograr encajarlos con ningún patrón. Después del interés inicial, el conjunto perdió consistencia y se fueron imponiendo poco a poco las heridas, los moratones, y el labio levantando mostrando los dientes desiguales y las encías enrojecidas. Dí un paso atrás.
—Me suena su cara. No la ubico, pero me suena —repuse en voz baja reprimiendo una náusea.
El policía más joven debía ser de mi misma opinión, porque se mantuvo prudentemente al margen, mirando al cadáver sólo con vistazos breves. Para simular que hacía algo sacó una libreta del bolsillo y apuntó algo; estaba al otro lado de la camilla, pero adiviné que escribía una tontería del tipo “dice que le suena, pero no la conoce”.
El operario de la bata verde descubrió entonces completamente el cadáver desnudo de la muerta.
—No es muy agradable, pero es necesario —trató de justificarse.
Yo respiré hondo y constaté que al menos la primera parte de la afirmación era cierta. El cuerpo de la mujer estaba lleno de golpes, y presentaba una herida larga y brillante en el abdomen por la que asomaba el tracto intestinal. También tenía una cicatriz en forma de media luna en el tobillo.
Y entonces recordé.
Aquella cicatriz se la había hecho mi perro allá por el año setenta, una tarde que vino a buscarme a la finca de mi padre. Era ella. Hacía treinta años que no la veía y por lo menos veinticinco que no preguntaba por ella a alguno de los escasos conocidos comunes a los que aún me encontraba de vez en cuando. Le había perdido la pista allá por el año ochenta y tantos, cuando habló de marcharse un tiempo al extranjero a aprender idiomas.
Pero era ella.
Durante un tiempo nos vimos sólo durante los veranos, en Toledo, y luego, cuando yo me fui a Madrid empezamos a quedar varias veces a la semana, para jugar al tenis, para ir al cine, o para charlar simplemente delante de un café que yo siempre dejaba enfriar antes de darle el primer sorbo. Y no lo hacía sólo con el café, maldita sea.
Hubo algo. Hubo mucho entre nosotros. Café y tenis. Besos y silencio. Y lo que ninguno de los dos supo hacer perdurable.
—¿La conocía? —preguntó una vez más el policía canoso.
¿La conocía? Me pregunté yo. Se llamaba Pilar. Pilar Monzón. En ella, Monzón no era tanto un apellido como un perfecto adjetivo que la describía completamente. Creía con la misma vehemencia en las cuatro verdades sobre las que trazaba su rumbo y en las docenas de mentiras que sostenía a sabiendas de que lo eran. Arremetía por igual contra los obstáculos que se interponían en su camino y contra las manos que se le tendían ofreciendo una ayuda. Era libre, feroz y tierna.
¿La conocía? No podía responder a eso. Con ella tenía la impresión de ser como aquel granjero que vivía al borde del Mississippi y que todas las tardes veía pasar por delante de su casa a la Ópera Flotante, un gran barco de vapor en el que se embarcaba la flor y nata de Nueva Orleans para cenar ostras y escuchar una ópera durante la travesía. En el barco se representaba siempre la misma ópera, y el granjero escuchaba cada día un fragmento cuando el barco ascendía río arriba y otro cuando el barco bajaba de regreso. ¿Podía decir el granjero que conocía aquella ópera?
No lo sé. A lo mejor conocer a alguien es eso: contemplar fragmentos. Tratar de unirlos. Inventar lo que falta. A lo mejor por eso me hice arqueólogo: para intentar con los papeles y las cerámicas lo que nunca conseguí con las personas.
—¿La conocía usted? —repitió el policía.
—Se llamaba Pilar Monzón y le pedí matrimonio hace treinta y dos años. Me dijo que no —respondí tratando de ser objetivo.
El hombre de la bata verde volvió a colocar la sábana sobre el cuerpo de Pilar con la diligencia satisfecha del marchante que acaba de adjudicar una importante pieza en una subasta. Sacó un bolígrafo del bolsillo de su chaqueta, buscó la etiqueta en blanco atada al tobillo izquierdo y escribió “Pilar Monzón”, con letra inclinada.
—¿Sabe qué edad tenía? —me preguntó.
—Cumpliría sesenta y uno en abril.
Sesenta años, escribió.
Luego el policía del pelo blanco me dio las gracias y me preguntó si quería que me llevaran de nuevo a casa. Le dije que prefería tomar un rato el fresco y volví al ruido de la calle preguntándome por qué ella guardaba aún mi dirección.
Y por vueltas que le dí, no conseguí encontrar una respuesta. Porque no la conocía: tan sólo sabía su nombre.
Feindesland. 2004 (?)
Llevo en Menéame desde casi sus inicios. No recuerdo la fecha exacta, pero ya era usuario de Barrapunto cuando empezó a flaquear, y fui de los que se pasaron a Menéame cuando surgió como alternativa fresca y prometedora. Muchos buscábamos un espacio más dinámico y Menéame parecía ser ese lugar. Durante todos estos años, he sido más observador que participante activo: rara vez voto, casi nunca comento. Mi participación siempre fue discreta, tal vez demasiado cautelosa.
El valor perdido de los comentarios
Menéame no era solo un agregador de noticias. Su verdadero tesoro eran los comentarios, especialmente en los primeros tiempos. Había debates tan brillantes que eclipsaban cualquier noticia. Recuerdo conversaciones que te hacían replantearte cosas que dabas por sentadas. Discusiones bien argumentadas, sin ataques personales, donde podías ver diferentes puntos de vista expresados con respeto e inteligencia. Era realmente enriquecedor.
Esa comunidad me enseñó a tener una mente abierta, algo de lo que me enorgullezco. Me mostró que había matices en temas que veía en blanco y negro. Quizá no sería quien soy sin esa influencia. Por eso siempre querré lo mejor para Menéame, por el gran servicio que me dio. Es difícil conseguir ese tipo de formación si no te mueves en círculos tan diversos como era aquella comunidad.
Este servicio no deberíamos perderlo. En tiempos donde los algoritmos nos crean cámaras de eco que nos polarizan y dividen, necesitamos espacios para el diálogo real. Lugares donde puedas entender otros puntos de vista, aunque no los compartas. Donde puedas ver los matices y entender por qué alguien piensa diferente. Menéame era ese lugar, y perderlo sería una pérdida importante para todos.
El problema del karma y los grupos de poder
El gran problema que veo en Menéame actual es el peso excesivo que tienen ciertos usuarios y grupos gracias al sistema de karma. Usuarios veteranos que son muy duros con los nuevos que no conocen las dinámicas del sitio. Se ha creado una especie de élite que decide qué vale y qué no. Antes admiraba a muchos usuarios de Menéame; ahora, después de conocerlos mejor estos últimos meses fuera de la plataforma, en grupos de Telegram y viendo cómo actúan en Notame, mi percepción ha cambiado completamente. Resulta que muchos no son tan constructivos como parecían.
Hay usuarios que se creen por encima de los demás: "yo llevo más tiempo", "yo tengo karma trescientos", "tú incumples tal o cual regla". Se pasan el día vigilando quién vota qué, como si fuera su trabajo. Forman grupos, hay guerras entre ellos, traiciones, insultos y vejaciones. Todo por el karma y la relevancia. Es triste ver cómo algo que debería promover buen contenido se ha convertido en una herramienta de control.
La necesidad de cambio
Si Menéame quiere dejar de perder usuarios valiosos y volver a ser acogedor con los nuevos, debe quitarle peso al karma. Entiendo que forma parte de la gamificación, pero el poder que otorga es desproporcionado. No puede ser que unos pocos controlen tanto.
Estos usuarios conocen su poder y lo usan. Manipulan para conseguir sus objetivos en sus guerras personales contra otros usuarios. Han convertido Menéame en su pequeño territorio. Todo esto tiene que acabar. No pido sanciones ni investigaciones, no busco problemas para nadie. Pido simplemente métodos para rebajar ese poder excesivo.
Necesitamos un sitio para los nuevos, para los usuarios esporádicos que quieran expresarse sin que les ataquen por discrepar mínimamente. Un lugar donde puedas participar sin miedo a ser marcado. Un sistema más igualitario entre todos los usuarios, donde la mayoría tenga voz, aunque obviamente se valore a quienes han demostrado compromiso constructivo a lo largo de los años. No digo que no haya reconocimiento, pero que ese reconocimiento no se convierta en poder absoluto.
Una nota de esperanza
Escribo esto no desde el enfado, sino desde la tristeza por ver cómo se deteriora algo que fue tan valioso. Como ver un lugar querido que ya no es lo que era. Pero también escribo desde la esperanza de que todavía estemos a tiempo de recuperar ese espíritu original de Menéame: un lugar de descubrimiento, aprendizaje y conversación real.
Menéame fue importante para muchos de nosotros. Nos hizo crecer, nos retó, nos hizo mejores personas. Merece una segunda oportunidad, pero para eso necesita cambiar. Necesita recordar que su valor no está en el karma de unos pocos, sino en la participación de todos. El día que los nuevos usuarios se sientan bienvenidos de nuevo, ese día Menéame habrá recuperado su esencia.
Ya lo escribí hace un año y me jode tener razón. La cosa era matar a 200.000 personas más y fundir 200.000 millones más antes de llegar al mismo acuerdo al que podíamos haber llegado poco después de comenzar la guerra.
Pero no, hombre, había que levantarle un altar a Disney y seguir discutiendo todos los putos días quién era el invasor, quién era el culpable, y quién tenía que perder, porque los malos no pueden ganar nunca. De verdad que me parece increíble lo mucho que se defiende el laicismo y lo jodidamente aferrados que muchos siguen a esa mentalidad religiosa de que hay que premiar a los buenos y castigar a los malos, el cielo, el infierno, y el purgatorio de las sanciones.
Y es que los hechos son los que son, los mismos que hace doscientos mil muertos y doscientos mil millones. No hay una manera realista de conseguir que los rusos se retiren de los territorios que ocupan, ni hay una manera realista de conseguir que paguen la reconstrucción del país, ni tampoco de llevar a sus líderes ante al justicia internacional, máxime después de lo que ha pasado y sigue pesando en Gaza.
Y a lo mejor viene bien echarle un vistazo a otros hecho que no se mencionan tan a menudo pero también tienen su peso. ¿os dais cuenta de que uno de los efectos de la guerra de Ucrania es fomentar el acercamiento entre Rusia y China? ¿Cómo va a estar EEUU de acuerdo don eso, cuando China es su principal adversario? ¿Va a permitir que se forma esa alianza, o una tan dañina para ellos como la de los BRICS, sólo porque Ucrania no quiere ser rusa? Venga ya, hombre.
¿Os dais cuenta de que Irán fabrica buena parte de los drones y la munición rusa, y que mientras Rusia esté achuchada los iraníes pueden pedir casi cualquier cosa a cambio? ¿Para qué quiere Irán desarrollar un costosísimo programa nuclear cuando tiene un vecino y aliado al que le sobran bombas atómicas y puede facilitarle un par de docenas a cambio de su asistencia militar en la guerra de Ucrania? Irán ya es, seguramente, una potencia atómica, y todo por la mierda de la guerra de Ucrania.
¿Os dais cuenta de que los norcoreanos, estén de veras o no sobre terreno, ya han obtenido magníficos acuerdos a cambio de su apoyo y de convertirse en proveedores de munición de artillería? Y todo por esta estúpida guerra.
Estados Unidos quiere acabar con esa guerra cuanto antes para, cuanto antes, acabar con el acercamiento entre Rusia y China, y volver a aislar a Irán y Corea del Norte en la media de lo posible. Y va a hacer lo que sea necesario, siguiendo su propia escala de intereses, en la que Ucrania, la verdad, queda bastante abajo. Y para conseguirlo, tiene dos opciones: o derrotar a Rusia, lo que es francamente difícil, o derrotar a Ucrania, lo que ven claramente en su mano sin mucha dificultad. Así que van a optar por el segundo plan, derrotándonos de paso a los europeos, y dejándonos solos, sin asistencia americana y sin asistencia de la OTAN para que los europeos nos echemos la mano a la cartera para gastar en nuestra propia defensa, a ser posible, comprando carísimos juguetes bélicos americanos. Para ellos es un win-win de manual, y para nosotros es una reputísima mierda. Una, que, para colmo de males, no tenemos muchos modos de evitar.
Tenemos muchas opciones, es cierto, pero ninguna es realista con los mimbres actuales. Y trump lo sabe. Sin un profundo cambio de mentalidad, que no se consigue a corto plazo, nos queda llorar, patalear y llamar fascista a Trump, pero poco más.
La solución, quizás, sería aliarnos con Rusia, o con China, para que los americanos tuviesen algo que apuntar en la columna de pérdidas. ¿Pero alguien ve eso posible? Yo no, desde luego. Y como sólo se puede negociar con lo posible, pues nos quedan, como digo, la indignación, las pataletas y las lágrimas.
Poco más.
A tenor del artículo anterior, donde se analizó el caso de un spammer muy prolífico, conviene señalar los métodos que usan los spammers para dar visibilidad a sus webs aprovechando las fallas en las normas de Menéame y el ojo poco observador de los administradores. En este artículo voy a mostrar las dos técnicas más habituales, que he dado en llamar "el ataque menealéptico" y el "demasiado grande para caer". Eso sí, sólo se van a analizar casos donde el spammer es el principal beneficiario, no casos donde el spammer es simplemente pesado por afición o sintonía con la fuente.

La última actualización de las normas de Menéame advierte de lo siguiente:
"Basado el la norma anterior que decía que: «El autobombo está permitido si se ejerce con moderación, buen gusto y acompañado de participación activa». A partir de esta actualización, se sancionará a quien emita un voto “spam” a los envíos de usuarios que cuenten con un karma de 7 o mayor, siempre que sus 5 envíos anteriores provengan de fuentes distintas a la del envío denunciado."
El truco es claro: si tienes karma superior a 7, puedes hacer spam siempre que tus 5 envíos anteriores procedan de otras fuentes. Por lo tanto, la forma de actuar es la siguiente:
Lo que ocurre es que los spammers no suelen ser "buenos" usuarios de Menéame. Pasan poco tiempo, interaccionan poco, comentan poco, no votan el contenido de otros usuarios... Vamos, que suelen estar aquí básicamente por el spam.
Por eso, para darle más rapidez al asunto, suelen enviar esos cinco meneos previos a su spam... a toda hostia.
Veamos como ejemplo el caso del spammer de El Infiltrado mencionado en el otro artículo:

Como se puede ver, ha realizado dos envíos previos a su spam en un periodo de 3 minutos, en este caso de La Marea y el Plural. ¿Casualidad? ¿Coincidencia? El día 17 de mayo nos encontramos con algo parecido: 5 meneos en cinco minutos, de El Plural, La Marea, El Salto Diario, Público y 20 minutos, para unos pocos minutos más tarde poner el enlace a su web y dar el día por terminado.

Y el día 16, y la mayoría de días, más de lo mismo:

La fórmula es obvia. Tiene un artículo de su web recién salido del horno, pero claro, antes de spamearlo hay que subir unas cuantas fuentes diferentes primero. Y nada para mantener el karma alto que artículos con potencial de portada en Menéame de las fuentes más habituales del sitio. Artículos que probablemente ni lea (¿cinco artículos en cinco minutos? Éso es rapidez).
¿Y por qué los admins no toman medidas? Pues podría ser que, como ya ha comentado algún otro usuario, se esté dando una situación de win-win para ambas partes: el spammer y los propietarios de la web: el spammer recibe visitas a su medio, y la web se llena de contenido y tráfico aunque sea de forma artificial. "El algoritmo eres tú", que lo siguen llamando.
El siguiente método es muy básico. Consiste en "ofuscar" la fuente, ésto es, la URL. Como habitualmente se puede ver la fuente del meneo en el propio cuadro de información, junto con el usuario y la fecha de envío, el spam puede tener poca eficacia si los usuarios han aprendido a identificar la fuente como spam o de baja calidad de contenido (uno de los motivos por los que los meneos de ciertas webs se llenan de negativos con pocos clicks, por ejemplo The Ojete The Objective).
Los spammers lo saben y, por lo tanto, han aprendido la técnica de "incrustar" contenido en otras fuentes más grandes, generalmente redes sociales. Por ejemplo:
Veamos el caso del spammer de un blog llamado "Filosofando conmigo mismo":

Si uno observa su historial, puede ver que también suele utilizar la estratagema de menear envíos de distintas fuentes antes de enviar la suya propia, aunque no con tanta celeridad que el spammer de El Infiltrado. Es decir, que este usuario al menos sí pasa tiempo en la web y además interactúa con el resto de usuarios.
Pero resulta que ahora le ha dado por menear vídeos de Youtube. ¿Inocentemente? Atento al título de los meneos...

... y atento a la lista de vídeos del canal de Youtube "Latinos en España":

Podría ser un inocente usuario que le hubiese cogido cariño a ese canal de Youtube... si no fuese porque los vídeos acaban con esta imagen:

¡Tachán! Truco realizado. Y ahora, si los administradores pensasen en banear la URL de filosofandoconmigomismo... ¡a ver quién se atreve a banear a Youtube! Que vale que ya se meneen pocos vídeos de gatos, pero siguen siendo SA-GRA-DOS.
La fachosfera regresa realizando una manipulación ATROZ de un gráfico electoral saltándole toda la ética periodística para engañar a la sociedad
por mariKarmo
Un gráfico publicado en La Razón manipula la proporción de estimación de escaños de una forma descarada dividiendo por la mitad el porcentaje asignado al PSOE y multiplicando por dos el porcentaje asignado a VOX para aparentar una mayoría absoluta de las derechas de forma muy holgada. Es posible que ninguna asociación de periodistas afee esta burda manipulación de la información de los medios de derecha en un intento muy bochornoso de engañar a la opinión pública. Y sí, esto es un microbloggin de manual y me la pela. Esto debe saberse.

www.larazon.es/espana/vox-superan-200-escanos-incendios_2025090868bdc3

Publica Okdiario una información donde asegura que las agresiones sexuales con penetración han aumentado un 276% desde 2017. Para ello incluye un gráfico donde se indica que han pasado de 1.382 en 2017 a 5.206 en 2024. Pero si nos vamos a las estadísticas oficiales de criminalidad del Ministerio del Interior, podemos comprobar que el dato de 2017 es falso, porque en realidad fueron 2.136. El dato de 2024 si es correcto, por lo que el incremento sería del 144%.


Lo más preocupante es que la fuente del dato erróneo es precisamente el sindicato policial Jupol.
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Gracias a que @Suriyakmaps ha dedicado un gran esfuerzo a generar este mapa, podemos ver ahora la evolución real, en ganancias y pérdidas de territorio, de la guerra de Ucrania desde 2022 hasta hoy.

La línea rosa marca el frente en Octubre de 2022. Como se puede apreciar, en aquel momento los rusos controlaban la ciudad clave de Izium, y un buen pedazo de territorio al Oeste del Dnieper, incluida la ciudad de Jersón. Hay otra línea de color muy similar, más atrás, que nos dice a dónde se retiraron lso rusos tras la ofensiva ucraniana de aquel otoño.
La línea naranja marca el frente en Diciembre de 2023, tras la exitosa contraofensiva ucraniana que expulsó a los rusos al Este del Dniéper y hasta el río Oskil, y los escasísismos avances de aquel año.
La línea roja, marca el frente en diciembre de 2024. Todo lo que sobresale de esa línea son las conquistas rusas de 2025.
Como puede observarse, los avances rusos son minúsculos, casi insignificantes, y ni siquiera han compensado las pérdidas que sufrieron a finales de 2022. Sin embargo, cuando está cerca de cumplirse el cuarto año de guerra, cada vez está más claro que la pretensión de los rusos no es conquistar más terreno, sino destruir al ejército enemigo hasta que, por agotamiento, colapse y permita un gran avance en poco tiempo.
Los que dicen, o decimos, porque a veces soy de esa mima opinión, que los rusos van ganando la guerra, no se refieren a sus grandes logros territoriales, que insisto en que son birriosos, sino en el hecho de que se producen en las zonas más densamennte fortificadas. Por es emotivo Putin siempre pide, a cambio de la paz, que se le entreguen determinados territorios que no ha podido conquistar todavía y que le puede llevar años conquistar, si es que lo consigue.
Por otro lado, parece claro que los ucranianos han perdido, de momento, cualquier capacidad de reconquistar lo perdido, y que sus pérdidas, tanto humanas como de material, se están volviendo cada vez más difíciles de reemplazar.
Así las cosas, y en el escenario de una guerra de desgaste pura, este mapa nos dice que Putin está completamente decidido a no llegar a absolutamente ningún acuerdo, y menos aún de alto al fuego, porque un alto al fuego desbarataría ahora toda su estrategia de presionar a los ucranianos hasta que en algún momento se quiebren sus líneas, asentadas ya en territorio más llano y más difícil de defender. Por ejemplo, tras la caída de Pokrovsk, que tuvo lugar este último mes, hay ya muy pocas posiciones defendibles al Norte de esta ciudad, lo mismo que en el frente Sur, cerca de Guliaipolé, y es previsible que las cosas empeoren, y mucho, para los ucraninos, si no se llega antes a algún tipo de acuerdo.
Por todo esto, lamentablemente, no creo que sea posible llegar ahora a ningún tipo de paz. Ojalá me equivoque y alguien encuentre la manera de parar esta locura, pero los ucranianos no pueden aceptar la entrega de sus últimas posiciones bien fortificadas, y los rusos no pueden dejar que los ucranianos recuperen aire cuando su estrategia es ahogarlos hasta que desfallezcan.
Una mierda, ciertamente, pero creo que es lo que hay.
Muy buenas gente. hace unos días que Youtube me bombardea con contenido basura con un tema muy concreto: crisis de la soledad de hombres y mujeres.
Pero el algoritmo youtubero no me manda opiniones diversas y con algo de base para poder reflexionar sobre un problema que está ahí. Me manda pura mierda. Son cotilleos de baja calidad. Textos narrados y videos que se presentan como reales cuando son todo inventos, historias y cuentos. Al principio era contenido en inglés pero hoy ha empezado a llegar en español. Son videos donde las mujeres quedan como tontas o zorras interesadas y se racionaliza esa conclusión, no hay término medio y la mujer "de hoy en día" tiene la culpa de la baja natalidad y los problemas de la sociedad capitalista moderna. Una legión de creadores de contenido ( de contenido de mierda) difunden esta basura. Ejemplos:
www.youtube.com/watch?v=P_faTL9EGEk
www.youtube.com/watch?v=3UgGYeDGyyg (español)
www.youtube.com/watch?v=RaO7uF0kwCI
www.youtube.com/watch?v=DWIxrirGRU4 (español)
www.youtube.com/watch?v=3ZHx46EHgDY (español)
¿Cómo pueden estas generalizaciones y simplicidades generar tantos clics y convencer a algunos? Yo diría que se aprovechan del ser humano y sus sesgos cognitivos igual que hace la propaganda: sacando partido de nuestra necesidad social de compañía, aprovechando nuestros instintos más primarios como la defensa del territorio, atacando sentimientos o debilidades que se dan en ciertas etapas de la vida... Al final son temas de toda la vida de dios: no encontrar pareja, que te engañen, que no te aprecien... pero me están vendiendo que es culpa de las mujeres y que se solucionaría si no fueran tan "promiscuas". Y por supuesto es la izquierda la culpable de que se les hayan metido todas estas cosas en la cabeza.
Y hay que recordar que este contenido funciona porque tiene algo de verdad en algún sitio. Por ejemplo, ser madre ya muy entrada en años es problemático y es más habitual hoy en día que hace años, cuando la mujer no trabajaba de la manera que se hace hoy.
Bueno, hasta aquí mi queja furibunda sobre este contenido de mierda. Os dejo una canción relacionada, que no me vengan con que es un problema únicamente del siglo xxi:
Todos habréis visto el banner gigante que nos invita a suscribirnos a Menéame a cambio de 3 "beneficios": formar parte del Consejo Consultivo, no ver publicidad y apoyar a la web. Haré un somero análisis de cada uno de ellos y luego explicaré por qué me parece que, en la práctica, dar esos 50 euros equivale a donarlos a la página, dado que las "contraprestaciones" que nos ofrecen son tan jugosas y tangibles como un filete de viento, de modo que la pregunta que debemos hacernos no es si queremos dar 50 euros a cambio de algo, sino por mero altruismo. Y a esa pregunta responderé al final.
Comencemos por el Consejo Consultivo. Este Consejo vota, exclusivamente, lo que imparsifal le permite votar. Él decide los temas que se votan y también decide qué opciones se votan respecto de cualquier tema. Por ejemplo, la jodienda del doble clic en los envíos (el primero que te lleva a los comentarios y el segundo a la noticia) nunca se sometió al consejo porque era demasiado importante y los dueños no iban a permitir que nadie desvirtuase su decisión.
Y en los temas que se someten al consejo porque los dueños así lo quieren, los dueños establecen cada una de las opciones A, B y C que el consejo podrá votar. Si el Consejo decidiese proponer una opción D y los dueños la rechazasen, no entraría en la votación. Y, para colmo, los dueños tampoco tienen obligación de aceptar lo que el Consejo decida de entre las opciones que ellos le permiten votar (si la mayoría vota A y los dueños prefieren B, será B, aunque esto es poco probable porque las opciones que los dueños aceptan filtrar son, en principio, asumibles para ellos).
Lo anterior evidencia que el poder efectivo del Consejo es ciertamente irrisorio.
Pasemos al beneficio de no tener publicidad. Existiendo los bloqueadores, en nada te beneficia que te den lo que tú podías obtener fácilmente por tu cuenta.
Y llegamos al beneficio de apoyar a la página. Éste es, a mi juicio, el único "beneficio" real que te otorga entregar los 50 euros, y por eso digo que, en la práctica, es una donación. Yo, que soy bastante puñetero, no voy a hacerlo, aunque entiendo que haya gente que lo haga y no me desagrada su buena fe, aunque no la comparta ¿Cuáles son mis motivos para no donar?
Primeramente echo en falta transparencia. Si me pides que te done, necesito que me expliques antes cuál es tu situación económica y para qué necesitas mi dinero. Y con detalles. Quiero que me digas "mis costes desglosados son éstos y necesito X dinero para estos proyectos y necesidades también desglosados". Quiero que me enseñes tus cuentas. Así podré valorar si efectivamente el proyecto que me planteas merece la pena, hasta qué punto necesitas mi dinero y si hay gastos superfluos que deberías quitarte de encima antes de pedirme pasta. Tampoco me gusta que me impongan cambios que me dificultan el uso de la página y, tomándome por tonto, me digan que es para mejorar mi experiencia cuando, en la práctica, es para multiplicar artificialmente los clics y ganar más dinero www.meneame.net/m/Artículos/cambios-enlaces-pagina-principal-meneame-
En segundo lugar, me gusta que me hablen claro. La forma en que (junto con las famosas cuentaparticipaciones, por suerte hoy olvidadas) se presentó el Consejo Consultivo, dando a entender que tenía un protagonismo y un poder que están a años luz de su papel efectivo, me hizo sentir que se nos intentaba condicionar para que aportásemos pasta ofreciéndosenos humo para incentivarnos a ello, en lugar de decírsenos con claridad que la web necesitaba donaciones porque, teóricamente, iba mal.
En tercer lugar, el maremagnum de bugs, caídas sin previo aviso, publicidad con malware, banners publicitarios que (como el banner que pide las donaciones) ocupan media página, jodiendas como la del doble clic y otros desastres técnicos que llevamos padeciendo los últimos 4 meses (con el Consejo Consultivo como convidado de piedra), me hacen sentir que los dueños no respetan lo suficiente a la comunidad y están anteponiendo el objetivo de exprimir económicamente la web en tiempo récord a nuestro bienestar. Esto hace que no me sienta respetado como usuario.
Y con esto termino mi intervención abriendo el debate. Aparte de llamarme rata, estará genial conocer la opinión de cada usuario y compartirlas entre todos.
Dentro de las figuras mediáticas de la ultraderecha, Alberto Pugilato destaca porque se define a sí mismo como nacionalsocialista sin complejos y, en efecto, su discurso es abiertamente hitleriano. Destaca por eso y porque le gusta pegar a gente mientras sus camaradas lo graban para subirlo a internet. Lo hizo con un humorista "progre" que, para criticar su homofobia, le dijo a Pugilato la obviedad de que, si su hijo fuese homosexual, no podría evitar que se hinchase a "comer pollas de negro" cuando fuese mayor. Pugilato le golpeó en directo durante un show acusándole de apología de la pedofilia (pese a que el humorista dejó clarísimo que se refería a cuando el niño fuese adulto). Cualquier excusa es buena para apalear rojos.
Pues bien, ayer Pugilato publicó el siguiente tweet:

x.com/Albertopugilat/status/1960820741898944775
Y, efectivamente, permanecí atento para esperar la primicia que iba a dar. A la media hora, compartió el vídeo de la agresión a un periodista. Según se aprecia, 3 o 4 camisas pardas le interceptaron en la puerta de su casa y uno de ellos empezó a agredirle mientras otro lo grababa www.diario-red.com/articulo/espana/periodista-diario-red-roman-cu/2025 Parece la marca de la casa de Pugilato. Este indicio, unido a la amenaza del tweet (rojos, cuidado con lo que decís en internet porque luego en la calle...), unido también al hecho de que Pugilato dio la noticia en primicia y a la retahíla de tweets ensalzando la agresión y burlándose de la víctima que ha publicado hasta ahora, justificaría una investigación de la Policía Nacional. Investigación que, todos sabemos, ya habría concluido con una buena ristra de detenciones si el tweet lo hubiese publicado un líder de Sortu y los agresores fueran miembros de Ernai, las juventudes del partido. Por supuesto, con las consiguientes imputaciones por atentado terrorista y pertenencia a organización terrorista.
La jauría ultra, empezando por Pugilato, ha justificado la agresión aduciendo que el periodista había desvelado la identidad de otra conocida tuitera de ultraderecha llamada Infinita x.com/infinitack No sé si es cierto, pero no tiene nada de especial. En las últimas semanas se han producido múltiples revelaciones cruzadas de nombres y apellidos de tuiteros de izquierdas y de la extrema derecha. Los ultras publican el nombre de un tuitero de la órbita de Podemos, Diario Red publica la de un tuitero de vox...son conductas que el juez competente deberá dirimir si atentan contra la intimidad o no. Pero que, obviamente, no justifican que el afectado, junto con un grupo de matones, espere en la puerta de su casa al supuesto difusor de sus datos para grabarle y agredirle. Nadie de izquierdas lo ha hecho. Sólo los camisas pardas, que buscan cualquier excusa para atemorizar a quien piensa distinto, como parte de su plan totalitario para amordazar a quien les plante cara y facilitar así su mayoría parlamentaria a través de Vox.
Desde sus inicios, los partidos nazi y fascista usaron la violencia política como parte de su estrategia para tomar el poder. Como su propaganda era bastante infumable, había que silenciar a quienes les combatieran con argumentos. Esto implicaba apalizar a periodistas, humoristas, quemar medios de comunicación, sedes de partidos rivales...con las excusas de que habían difamado al Fuhrer o de que defendían ideas desviadas como la homosexualidad (que los ultras identifican con la pedofilia). Estos ataques tenían un doble fin: callar a la víctima directa de la agresión e, indirectamente, generar un clima de terror que disuadiese a los demás de atreverse a plantarles cara. En España están empezando a hacerlo, y mientras los viejos nazis se amparaban en la noche para atacar clandestinamente, aquí para colmo lo graban, con el fin de maximizar el terror. Y lo suben a twitter. Y lo jalean con cientos de comentarios delictivos burlándose de la víctima y pidiendo que lo linchen o que destrocen a todos los de su calaña. En Torre Pacheco, en la puerta de la casa de un periodista, en una sala llena de gente donde un cómico hace su show...se sienten absolutamente impunes.
Y esto sólo puede ir a más si la policía no hace cumplir la ley infiltrándose en sus grupos de telegram, pidiendo órdenes judiciales para intervenir sus comunicaciones, deteniendo a los animales que agreden a cara descubierta y a los tuiteros que hacen apología de la agresión y amenazan (sí, es mucho más grave que un chiste de Carrero Blanco o un show de guiñoles donde se dice "gora Alkaeta") ¿Tienen que apellidarse Garaikoetxea y ser de Oyarzun para que la brigada de delitos informáticos haga algo? ¿Tengo que recordar la larga lista de detenciones por "apología del terrorismo" contra tuiteros independentistas o de "extrema izquierda" durante los últimos años, por cosas como una foto del coche de Carrero volando junto a un mensaje jocoso? La doble vara de medir parece clara. Sus terribles consecuencias para la democracia y las libertades, también. Marlaska, haz que tu gente actúe antes de que sea demasiado tarde.
menéame