Bruguera lanza al mercado la edición integral de una de las obras más divertidas del mayor genio del tebeo español, Francisco Ibáñez. Aunque las referencias eran sutiles, lo que realmente enfadó al dictador fue el personaje del científico loco del segundo derecha. Según la censura, había creado un monstruo al estilo Frankenstein, y en la España ultracatólica de entonces, solo Dios podía crear vida. Ibáñez fue obligado a retirarlo en 1964 pero lo hizo con ironía: en su última viñeta, el científico se mudaba porque “el piso no le venía bien para