Desde que aparecieron, allá por los noventa, en las páginas de la recordada “El Víbora”, Konrad y Paul llegaron para quedarse como una de las parejas cómicas del tebeo europeo. Con ellos su autor, Ralf König se dio a conocer por toda Europa, iniciando así una trayectoria marcada por un sello humorístico propio e inconfundible. Uno pegado a lo costumbrista, donde página a página la homosexualidad queda normalizada como lo que es: una opción que elige cada cual.