"Nuestros cráneos nos engañan reduciendo la frecuencia de estas vibraciones a lo largo del camino, por lo que a menudo nos perciben como más aguda cuando escuchamos una grabación.". Extracto más interesante traducido en #1
El sonido puede entrar en nuestros oídos de dos maneras: por el aire o por conducción ósea.
El sonido conducido por el aire - escuchar una grabación de uno mismo hablando, por ejemplo - se transmite a través de los tímpanos, vibrando en los tres huesecillos óseos (martillo, yunque y estribo) y termina en la cóclea. La cóclea, una estructura en espiral llena de líquido, convierte estas vibraciones en impulsos nerviosos que se interpreta en el cerebro.
Lo que oímos cuando hablamos, sin embargo, es hueso-conducido. Las vibraciones de las cuerdas vocales lleguen directamente a la cóclea. Nuestros cráneos nos engañan reduciendo la frecuencia de estas vibraciones a lo largo del camino, por lo que a menudo nos perciben como más aguda cuando escuchamos una grabación.
"Si alguien escucha una grabación de su voz, el camino a través del hueso que la gente considera parte de su voz 'normal' es eliminado, y sólo escuchan el componente aéreo con un aislamiento que no reconocen: lo que los demás realmente escuchan , "dice el Dr. Chris Chang, un otorrinolaringólogo en Fauquier Consultores en Warrenton, Virginia.
Eso explica por qué percibimos nuestras voces de manera diferente, pero ¿por qué no nos gusta lo que escuchamos?
Es parecido al efecto de que nos gusta lo que vemos en el espejo, pero no es lo que vemos en las fotografías.
Crecemos acostumbrados a todas nuestras asimetrías reflejadas en el espejo - pelo a la izquierda, el pequeño lunar en la mejilla derecha, esa muesca en nuestro incisivo izquierdo. Cuando vemos una foto de nosotros mismos, todas estas pequeñas diferencias no coinciden con lo que nuestro cerebro espera ver, por lo que no nos gusta.
Del mismo modo, vivimos nuestras vidas escuchando y perfeccionando nuestras voces conducidas a través del hueso, pero no del aire
Lo mejor que he leído esta última semana! Igual no es una respuesta a una pregunta muy transcendente, pero sí a una que no hemos hecho muchos muchas veces: "eso es mi voz??".
Comentarios
El sonido puede entrar en nuestros oídos de dos maneras: por el aire o por conducción ósea.
El sonido conducido por el aire - escuchar una grabación de uno mismo hablando, por ejemplo - se transmite a través de los tímpanos, vibrando en los tres huesecillos óseos (martillo, yunque y estribo) y termina en la cóclea. La cóclea, una estructura en espiral llena de líquido, convierte estas vibraciones en impulsos nerviosos que se interpreta en el cerebro.
Lo que oímos cuando hablamos, sin embargo, es hueso-conducido. Las vibraciones de las cuerdas vocales lleguen directamente a la cóclea. Nuestros cráneos nos engañan reduciendo la frecuencia de estas vibraciones a lo largo del camino, por lo que a menudo nos perciben como más aguda cuando escuchamos una grabación.
"Si alguien escucha una grabación de su voz, el camino a través del hueso que la gente considera parte de su voz 'normal' es eliminado, y sólo escuchan el componente aéreo con un aislamiento que no reconocen: lo que los demás realmente escuchan , "dice el Dr. Chris Chang, un otorrinolaringólogo en Fauquier Consultores en Warrenton, Virginia.
Eso explica por qué percibimos nuestras voces de manera diferente, pero ¿por qué no nos gusta lo que escuchamos?
Es parecido al efecto de que nos gusta lo que vemos en el espejo, pero no es lo que vemos en las fotografías.
Crecemos acostumbrados a todas nuestras asimetrías reflejadas en el espejo - pelo a la izquierda, el pequeño lunar en la mejilla derecha, esa muesca en nuestro incisivo izquierdo. Cuando vemos una foto de nosotros mismos, todas estas pequeñas diferencias no coinciden con lo que nuestro cerebro espera ver, por lo que no nos gusta.
Del mismo modo, vivimos nuestras vidas escuchando y perfeccionando nuestras voces conducidas a través del hueso, pero no del aire
Como será la cosa que, alguna vez, al escuchar el mensaje grabado por mi en el contestador he pensado que me había equivocado de número...
Hay gente que no odia el sonido de su propia voz. Se presentan al "Tu si que vales" y similares.
#5: Y por una vez, te voto positivo
.
Lo mejor que he leído esta última semana! Igual no es una respuesta a una pregunta muy transcendente, pero sí a una que no hemos hecho muchos muchas veces: "eso es mi voz??".
Buena aportación.
Así como que odiar, tampoco; pero más de una vez me pregunté ¿¿pero qué mierda le pasa a esta grabadora??
«odiar» quésaerao