Tomar el café, el té y lo que se pueda sin azúcar no es tan complicado, en vez de sustituirla por otras mierdas que al final no endulzan ni parecido. Al final te haces al sabor un poco más amargo y ya está. Bastante azúcar nos traen las cosas de por sí para echarle nosotros.
Me parece que para un individuo sano y sin ningún tipo de intolerancia, estas "alternativas" no pasan de opciones personales o modas (ahora que nos invade la manía norteamericana contra el azúcar) ya que no hay nada que demuestre que sean más sanas (como tampoco hay nada que demuestre que un consumo normal de azúcar vuelva a los niños hiperactivos o diabéticos a los adultos sanos). Y para los que, como yo, estamos enfermos de diabetes, no sirven para nada: los edulcorantes artificiales que ya existen son nuestra única alternativa segura.
Más que reemplazar, yo vigilaría también muchos productos como salsas, conservas, yogur, cereales o zumos envasados que pueden contener cantidades altas de azúcar y en algunos casos no nos damos ni cuenta.
Comentarios
Podría ser con Stevia
No lo pienso reemplazar, pero el artículo es interesante.
Tomar el café, el té y lo que se pueda sin azúcar no es tan complicado, en vez de sustituirla por otras mierdas que al final no endulzan ni parecido. Al final te haces al sabor un poco más amargo y ya está. Bastante azúcar nos traen las cosas de por sí para echarle nosotros.
Me parece que para un individuo sano y sin ningún tipo de intolerancia, estas "alternativas" no pasan de opciones personales o modas (ahora que nos invade la manía norteamericana contra el azúcar) ya que no hay nada que demuestre que sean más sanas (como tampoco hay nada que demuestre que un consumo normal de azúcar vuelva a los niños hiperactivos o diabéticos a los adultos sanos). Y para los que, como yo, estamos enfermos de diabetes, no sirven para nada: los edulcorantes artificiales que ya existen son nuestra única alternativa segura.
Más que reemplazar, yo vigilaría también muchos productos como salsas, conservas, yogur, cereales o zumos envasados que pueden contener cantidades altas de azúcar y en algunos casos no nos damos ni cuenta.