Según la RAND, EE.UU. es el principal proveedor de armas ilícitas en la región, con un 70% o más. Es particularmente llamativo que en América Latina y el Caribe predomine esta tendencia, considerando que, en la región, en la mayoría de los países, las políticas sobre el control y tenencia de armas por parte de la población civil son predominantemente restrictivas y estrictas. Lo que quiere decir que las armas en las calles de la región, son de origen criminal e ilegal, se han ubicado por prácticas de contrabando y tráfico desde Estados Unidos.