La CIA manipuló su argumento en su película de 1954 para que la obra no vertiera su ácida sátira sobre el bando capitalista durante la Guerra Fría. En Rusia, no pudo leerse hasta la caída de la URSS en 1991. Actualmente, los neoliberales seguidores de Trump, Milei o Bolsonaro la tienen por una novela que critica a la izquierda y cualquier tipo de intervención estatal, olvidando pertinentemente que su autor era un confeso socialista. Y, por su parte, algunos sectores de la izquierda rehúyen cualquier mención a la novela, ignorando que el propósi