Se puede decir taxativamente que la privatización de los sistemas sanitarios mata: la sanidad privada es un negocio y, por tanto, sólo puede proporcionar los servicios sanitarios que le proporcionen rentabilidad. En caso contrario, desparecería como tal. En consecuencia, deja que enfermen o incluso que mueran sin darles atención las personas que no dispongan del dinero suficiente para pagar los servicios que pudieran necesitar. Un estudio de Harvard vincula la gestión privada de los hospitales con una mayor mortalidad. Hospitales y residencias